lunes, 2 de enero de 2012

Rookie Rubio

La revolución ha llegado a Minnesota y tiene nombre y apellido, su nombre es Ricky y su apellido, Rubio. Ha sido la sensación entre los rookies durante la primera semana de competición gracias a sus pases y a su seria organización del juego de los de Rick Adelman. No ha empezado de titular un solo partido, pero tampoco ha hecho falta, solo hay que fijarse en qué cuarto aporta más Ricky, en el último, que es donde se deciden los partidos, y solo hay que ver que es el rookie que más minutos juega por partido con 27, le sigue Kyrie Irving con 26. Además, es el jugador de primer año que más asistencias promedia con 7,2 por partido, pero no se queda ahí la cosa, sino que es el ¡octavo! jugador de la NBA en asistencias por partido ahora mismo, el octavo señores (Calderón es cuarto con 9,2 por partido jugando en un equipo como Toronto, que tiene mucho mérito también, vaya dos pedazo de bases NBA que tenemos en nuestro país).
Todo esto suena muy bien, sobre todo para los aventajados que decían que Ricky volvería a la ACB por navidad y esas cosas, pero hay dos cosas que son incuestionables además de las estadísticas, una es la sensación de liderazgo que ejerce el español sobre su equipo y otra es la madurez de todas sus acciones. Todo se puede resumir en una palabra, Europa. Esa es la clave para mí, la formación de Rubio en Europa todos estos años le ha permitido desarrollar una capacidad de mando que solo pueden alcanzar los veteranos de la mejor liga del mundo. Recordemos que debutó a los 14 años con el DKV Joventut y que a los 17 jugó sus primeros Juegos Olímpicos, que se dice pronto. Malo no es, es bueno, muy bueno, pero lo que la gente no comprende es que es un diamante en bruto aun por pulir. Se le puede decir que no tira bien de tres (cuatro de seis esta temporada) y es verdad, no tiraba bien de tres, no era su eespecialidad ni mucho menos, ¿pero acaso Jason Kidd o John Stockton tiraban bien de tres a esas edades? No hablo de don nadies ni mucho menos ¿no? Sigamos. Se le puede decir que no defiende bien en determinadas situaciones, verdad a medias, en defensa posicional y anticipación es muy bueno, que se lo digan a Tony Parker, pero también es verdad que le cuesta salir de los bloqueos directos, sigamos. Se le puede decir que no anota en exceso, ¿desde cuando un base tiene la obligación de anotar muchos puntos? El base dirige, asiste, crea para sus compañeros. Me quedo con un base que de 10 asistencias por partido y meta cero puntos antes que con un base que meta 20 puntos de media y no de una sola asistencia, yo a eso lo llamo escolta.
También hablaba de sensaciones antes. No digo que Ridnour sea peor base que Ricky, ni mucho menos, pero las sensaciones con uno y con el otro en la cancha son distintas. El juego de Ridnour es más estático, siguiendo un patrón de juego definido y sin salirse de el, si se tiene que jugar un triple por si solo se lo tira, te da seguridad, pero con Ricky te puedes esperar cualquier cosa. Sabe llevar a su equipo de cualquier forma, corriendo y en estático, sabe con quien debe jugar en cada momento y encima tiene ese don de encontrar casi siempre al hombre indicado. Además aporta a nivel defensivo, cosa que no hacen demasiados bases en la NBA. Da la sensación de poder cambiar un partido y de ganarlo con su sola presencia en la pista.
Adelman no es tonto y sabe del potencial de su rookie, por eso le maneja y le moldea a su gusto a base de un reparto de minutos inteligente. Lanza un mensaje de "no vas a empezar el partido, lo vas a acabar y vas a hacer que lo ganemos". Sabe que esta temporada, con todas sus especialidades y su intensidad, va a ser vital para el de El Masnou y sabe que, si sale reforzado de este año, el año que viene va a seguir con una progresión ascendente imparable. En Minnesota también lo saben, los aficionados saben que tienen a un hombre en sus filas por el que merece pagar un asiento en el Target Center y al que ha merecido la pena esperar durante dos años, porque saben que tienen un diamante en bruto al que aun no le hemos visto nada más que despegar. Un abrazo, hasta la próxima.

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