miércoles, 2 de febrero de 2011

You'll walk alone now kid

Se hizo oficial anteayer, el niño Torres vestirá la camiseta del Chelsea por las próximas temporadas, después de una época sin títulos en el Liverpool. Me alegro por él, creo que puede hacer un gran papel en el equipo de Ancelotti, además, tendrá algo que no ha tenido en los últimos años, competencia en su puesto. Siempre había sido el delantero referencia sin discusión de lo reds, pero en los blues tendrá que luchar el puesto con gente como Didier Drogba y Nicolas Anelka, casi nada.
Pero también creo que deja un importante legado en Anfield que tardarán en volver a ver. Un promedio de goles como el de Torres es algo que se da cada poco tiempo. El cariño que desprendía este jugador hacia su afición era incuestionable. Cuando vi la noticia de que aficionados del Liverpool quemaban camisetas del ex-Liverpool's number nine no me extrañó demasiado, me puse en su piel, deben de sentirse muy frustrados de ver como su equipo se va resquebrajando poco a poco. Yo, como aficionado del equipo de Anfield, también me duele que se vaya, pero hay que pensar que solo busca su beneficio personal y profesional, estoy seguro de que le costó mucho firmar ese transfer request, en el que indicaba su deseo de marcharse de Merseyside. Aquí dejo el video que demuestra que era un ídolo en Anfield, estadio que le dedicó esta canción más de una vez en sus partidos con los reds. Sencional.
Es un icono en la Premier, donde se le valora más que aquí. El precio del traspaso se cifra en casi 60 millones de libras, escandaloso en los tiempos que corren, pero la chequera del Roman Abramovich parece inagotable, es un jeque europeo cuyo objetivo es solo uno, ver al Chelsea levantar la Champions este año o, como muy tarde, al próximo. El morbo está servido, este fin de semana Torres podría debutar ante su afición precisamente con el equipo que le ha dado todo, con permiso del Atlético de Madrid, en su carrera profesional, el Liverpool de Kenny Dalglish. Ahora, le toca caminar solo, no tendrá el aliento de Anfield detrás de su nuca animándole a dar lo máximo de si mismo. Buena suerte kid.
Y esto es lo que se pierde para siempre, lo más bonito que puede haber en un campo de fútbol y que a un servidor le gustaría vivir alguna vez en su vida, el You'll never walk alone que canta la afición red antes de cada partido, simplemente escuchen. Si los pelos se les ponen como escarpias tranquilos, es lo normal.

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