lunes, 5 de junio de 2017
Benzema e Isco ponen al Real Madrid rumbo a la final de Cardiff
El Real Madrid volverá a jugar una final de la Champions. Los blancos avanzan a la final de Cardiff pese a perder contra el Atlético de Madrid 2-1. Saúl y Griezmann marcaron dos goles en 15 minutos que hicieron creer al Calderón, pero Isco cerró el pase del Real Madrid a la final. La final entre Juventus y Real Madrid la podrás ver en Antena 3 y Atresplayer el sábado 3 de junio.
Un último partido. Un último himno de la Champions. Un último derbi en el Vicente Calderón. Un partido de época. Atlético de Madrid y Real Madrid se citaron por última vez esta temporada en un estadio que vivió su última gran cita.
El paseo de los Melancólicos estaría vestido por última vez con el balón de la Champions. El partido venía marcado por mensajes, tifos, guerra de palabras e incluso un traspaso entre ambos clubes, el de Theo al conjunto blanco.
El Vicente Calderón se vistió con el traje de gala, con el ambiente de un último baile en el que 50.000 gargantas arroparían a su equipo hasta el pitido final. 'Orgullosos de no ser como vosotros', rezaba el tifo del Atlético de Madrid cuando los 22 protagonistas saltaron al terreno de juego.
Simeone y Zidane innovaron en sus onces, sacando a dos nombres propios por encima del resto: Torres y Danilo. Esos fueron los grandes cambios de dos hombres que apostaron por sus hombres de confianza, de un Simeone que apostó por Giménez en lugar de Juanfran y de un Zidane que puso a Varane por delante de Nacho.
Un partido para la historia
Çakir miró su reloj, se llevó el silbato a la boca y pitó el arranque del partido. Por delante, 90 minutos de infarto. 90 minutos de pasión e intensidad. 90 minutos del último derbi madrileño en el Calderón, del último partido europeo en el estadio rojiblanco.
El Atlético de Madrid, espoleado por eso y por su afición, arrancó como un tifón, sin dejar pensar al Real Madrid ni un solo instante. Llegando y llegando como si no hubiese un mañana, como si el mundo acabase en Madrid.
De ese arrebato nació el primer gol, el que permitía soñar con una remontada imposible. Koke la puso desde el córner izquierdo de la portería de Keylor Navas, buscando a alguna de las torres que le hicieron llamarse 'Atlético Aviación'. Y la encontró.
Saúl mandó a la red el balón con un incontestable testarazo, poniendo el 1-0 en el marcador. Faltaban dos para la prórroga, tres para ir a Cardiff, pero todo el partido por delante. Pero no paró ahí la cosa. El Atlético siguió apretando a un Madrid que estaba KO.
Un inicio arrollador del Atleti
Torres se internó en el área del Real Madrid y Varane le derribó, cometiendo un claro penalti. Desde el punto fatídico tenía que acercarse más a la gesta el Atleti, como si en una noche tuviese que quitarse todos los males de la temporada.
Griezmann fue el encargado de ejecutar la pena máxima. Keylor se movía de un lado a otro, intentado despistar al francés. Lo cierto es que al '7' le jugó una mala pasada el césped, tropezándose y golpeando dos veces al balón, pero su disparo acabó dentro de la portería de Navas.
Estaba a un gol, en 15 minutos había hecho casi todo el trabajo el conjunto de Diego Pablo Simeone. El sueño estaba ahí, a un gol de la prórroga, de seguir luchando otros 30 minutos más, o a dos goles de Cardiff. A partir de ese momento, el partido cambió.
El Real Madrid aterrizó en el Calderón y lo hizo de la mano de los 'jugones' del equipo: Isco y Modric. Los dos pusieron la calma y el arrojo necesarios a unos blancos faltos de una referencia a la hora de sacar el balón. Se venía un partido de infarto.
Benzema emuló a Butragueño
Los siguiente 20 minutos fueron de relativa tregua, con córners por parte de ambos equipos, polémicas tanganas y amarillas para todo aquel que le protestase una acción a un Çakir desbordado por la cita.
Los minutos pasaban, el 2-0 seguía imperante, el Calderón no paraba de animar y de creer. Lo tenían ahí, a tiro de un gol. Pero el Madrid también se animaba con los minutos, conocedor que un gol le llevaba en volandas a Cardiff. Y el gol llegó.
Benzema se inventó una jugada de fantasía, emulando a Butragueño en la línea de fondo y dejando atrás a tres jugadores del Atlético de Madrid. Encontró a Kroos en la frontal del área, que disparó sobre la portería de Oblak. El esloveno sacó una mano salvadora, pero nada pudo hacer con el rechace de Isco, que puso el 2-1 y silenció al Calderón.
El Atlético de Madrid necesitaba marcar otros tres goles, llegar a cinco para estar en Cardiff. Ya no había prórrogas, nada a lo que agarrarse, era ir a por todas. Y el Real Madrid, conocedor de la situación, habiendo marcado en un minuto muy psicológico (42 de partido), manejó el tiempo a su antojo.
Ovación cerrada a Simeone
Se llegó al descanso con la sensación de que el Atlético de Madrid había dejado pasar la opción de remontar. La cara de Simeone lo decía todo, había dejado de creer. Lo tuvieron, animaron, empujaron hasta el extremo, pero ese gol de Isco fue matador.
La segunda parte arrancó con los mismos 22 protagonistas que acabaron la primera parte, con el Real Madrid rumbo a Cardiff a no ser que el Atleti marcase tres goles.
Simeone intentó hacer algo para marcar, doble cambio: Torres y Giménez se marcharon y entraron Gameiro y Thomas. Era la última baja que le quedaba, mientras el Real Madrid llegaba con un Cristiano que lo intentó de falta y desde dentro del área, pero que no tuvo suerte.
El Atlético siguió intentándolo, haciendo bueno el lema 'Nunca dejes de creer'. Lo intentó Carrasco con un disparo cruzado ante Keylor, pero el portero 'tico' sacó una gran mano. El rechace le cayó a Gameiro, que remató de cabeza, pero se volvió a encontrar con Keylor Navas. Salvó el guardameta el tercer gol rojiblanco, que volvía a meter al Atleti en la eliminatoria.
Benzema volvió a dejar una obra de arte que no logró culminar tras ser derribado por Thomas. El francés regateó a todos los jugadores que salieron a su paso, pero le faltó la definición. En la siguiente jugada, fue sustituido por Zidane, que dio paso a Asensio. También retiró a Casemiro para meter en el campo a Lucas Vázquez.
Quedaban 15 minutos, seguía el 2-1 en el marcador. El Madrid seguía siendo finalista, pero quedaba mucho por delante. En menos tiempo había remontado el Barcelona al PSG.
Duelo de aficiones
Los minutos finales, más que ser protagonizados por el juego de ambos equipos, lo fue por el duelo que ambas aficiones tuvieron a la hora de animar a sus equipos. Unos celebraban el pase a la final de Cardiff, los otros agradecían a sus chicos el esfuerzo puesto sobre el terreno de juego.
Se acercaba el final del último baile europeo del Calderón. El final de la última fiesta que se vio chafada por el partido de ida, pero no por lo que se vivió en la vuelta. El Atlético lo peleó hasta el final, ganó, pero no le sirvió.
Zidane agotó su último cambio metiendo a Morata en lugar de un genial Isco, que junto a Benzema fue la figura del partido. Minutos antes, Simeone puso a Correa en lugar de Koke. El aguacero que cayó sobre Madrid despidió el partido, pero no cayó a las aficiones, que siguieron animando.
En especial la del Atlético de Madrid, que fue una fiesta pese a ser eliminados. El Calderón merecía ese ambiente, merecía un último aliento de la afición que nunca abandona a su equipo.
El Real Madrid, de nuevo a la final
Y Çakir pitó el final del partido. El Real Madrid se metió en la final de la Champions por segunda vez consecutiva, dejando atrás a un combativo Atlético de Madrid, que peleó hasta el final haciendo honor al Vicente Calderón y su último partido europeo.
Pese a la polémica, pese a los tifos, pese a los mensajes malintencionados, primó el fútbol. Primó el espectáculo de un partido que ya está en la historia de la Champions League.
No se pudo despedir el Calderón con un pase a la final de Cardiff, aunque sí con una victoria ante el eterno rival. Nadie podrá decir que no lo intentaron, nadie les podrá reprochar nada, porque defendieron en el campo el nombre del club.
Pero sólo podía quedar uno, y ese uno fue el Real Madrid. Los blancos piensan ya en la final de la Champions, donde se verán las caras contra la Juventus en lo que será la reedición de la final de la Séptima Copa de Europa de los blancos. Los dos mejores equipos del continente europeo, frente a frente en un espectáculo sin igual. Un equipo español puede volver a ser campeón de la Champions un año más. Y eso siempre es digno de celebrar.
viernes, 2 de junio de 2017
Sergio Ramos vuelve a poner líder al Real Madrid ante un gran Betis
El Real Madrid vuelve a ser líder de la Liga gracias a su victoria ante el Betis. Los blancos tuvieron que sobreponerse al gol en propia puerta de Keylor Navas, que tuvo que ser expulsado en la primera mitad, gracias a Cristiano Ronaldo y, sobre todo, a un Sergio Ramos que volvió a ser salvador para los suyos.
El Real Madrid tenía delante una prueba que podía volver a darle el liderato de la Liga. Tras el pinchazo del Barcelona en Riazor, los de Zidane tenían la opción de ponerse primeros con un partido menos ante el Betis.
Para ello, el francés, que no podía contar con Bale, optó por un centro del campo bastante poblado con Cristiano y Morata como referencias arriba. El Betis, por su parte, salió con cinco defensas para intentar frenar las arremetidas blancas.
Tras un minuto de silencio en memoria de Raymond Kopa, arrancó el partido. El Real Madrid comenzó teniendo la iniciativa, teniendo posesiones relativamente largas lideradas por un clarividente Modric. El que no estaba tan acertado era Kroos, cuyos errores en el pase dieron un par de sustos a la defensa blanca.
Keylor, protagonista
En un error de la zaga blanca, vino la jugada polémica del partido. Sergio Ramos no acertó a tirar el fuera de juego y dejó sólo a Brasanac ante Keylor Navas. El portero costarricense salió para intentar dar al balón con la cabeza y arrolló al jugador del Betis, una acción que Mateu Lahoz no consideró ni falta, cuando tenía que haber sido expulsado.
No acabó ahí el calvario de Keylor Navas. Un disparo de Sanabria que parecía haber detenido el portero tico acabo metiéndose en la portería. Navas no consiguió coger el esférico, que se fue colando lenta y dolorosamente en su portería. Era el 0-1 en el marcador, un varapalo para los blancos, que estaban siendo superiores en el juego pero incapaces de perforar la portería de Adán.
A partir de ese momento, reaccionó el Real Madrid, que fue más incisivo en busca del gol. Marcelo se internaba por su banda y era una fuente constante de peligro para los de Zidane, igual que un buen Isco. Y al final, insistiendo mucho, el gol llegó.
Cristiano puso el empate
Cristiano Ronaldo cabeceó a la perfección un balón colgado para empatar el encuentro. Fue en el minuto 40, cerca del descanso, un gol necesario de cara a la segunda parte y que dejaba las tornas en todo lo alto.
Con poco más se llegó al descanso, con la jugada de Navas barruntando en las gradas del Bernabéu, que fue crítico con el portero blanco. Lo cierto es que el Real Madrid seguía necesitando un gol si quería ser líder de la Liga de nuevo.
La segunda parte empezó con un ritmo algo más calmado que la primera, con ambos equipos intentando controlar las ocasiones del rival y sin ocasiones clarísimas de gol. Benzema se preparaba en la banda para entrar al terreno de juego, era el revulsivo de Zidane en busca del gol.
Sorpresa: volvió a aparecer Ramos
Sin embargo, el primer cambio que hizo el francés fue el de meter a Lucas Vázquez en lugar de James. El partido entraba en la fase tensa, los últimos 20 minutos de partido, y el partido seguía 1-1.
Justo ahí fue cuando metió a Benzema en el campo en lugar de Morata, con más ganas que acierto en el encuentro. Agotó sus cambios Zidane sacando a Asensio en lugar de Isco, de lo mejor del equipo en el partido.
Y en ese momento, en un córner sacado por Kroos, el Real Madrid vivió esa jugada que se lleva repitiendo una y otra vez sin descanso. Sergio Ramos cabeceó un centro medido para poner el 2-1.
Líderes de nuevo
Es el día de la marmota para los blancos. Partido sufrido y aparece Ramos para sacar las castañas del fuego, esta vez en el 81 de partido. A partir de ahí, el Betis lo intentó, pero no consiguió intimidar la portería de un señalado Keylor Navas.
Con este resultado, los blancos consiguen colocarse como líderes de la Liga de nuevo, poniéndose dos puntos por encima del Barcelona y un partido menos que los de Luis Enrique.
El Real Madrid tenía delante una prueba que podía volver a darle el liderato de la Liga. Tras el pinchazo del Barcelona en Riazor, los de Zidane tenían la opción de ponerse primeros con un partido menos ante el Betis.
Para ello, el francés, que no podía contar con Bale, optó por un centro del campo bastante poblado con Cristiano y Morata como referencias arriba. El Betis, por su parte, salió con cinco defensas para intentar frenar las arremetidas blancas.
Tras un minuto de silencio en memoria de Raymond Kopa, arrancó el partido. El Real Madrid comenzó teniendo la iniciativa, teniendo posesiones relativamente largas lideradas por un clarividente Modric. El que no estaba tan acertado era Kroos, cuyos errores en el pase dieron un par de sustos a la defensa blanca.
Keylor, protagonista
En un error de la zaga blanca, vino la jugada polémica del partido. Sergio Ramos no acertó a tirar el fuera de juego y dejó sólo a Brasanac ante Keylor Navas. El portero costarricense salió para intentar dar al balón con la cabeza y arrolló al jugador del Betis, una acción que Mateu Lahoz no consideró ni falta, cuando tenía que haber sido expulsado.
No acabó ahí el calvario de Keylor Navas. Un disparo de Sanabria que parecía haber detenido el portero tico acabo metiéndose en la portería. Navas no consiguió coger el esférico, que se fue colando lenta y dolorosamente en su portería. Era el 0-1 en el marcador, un varapalo para los blancos, que estaban siendo superiores en el juego pero incapaces de perforar la portería de Adán.
A partir de ese momento, reaccionó el Real Madrid, que fue más incisivo en busca del gol. Marcelo se internaba por su banda y era una fuente constante de peligro para los de Zidane, igual que un buen Isco. Y al final, insistiendo mucho, el gol llegó.
Cristiano puso el empate
Cristiano Ronaldo cabeceó a la perfección un balón colgado para empatar el encuentro. Fue en el minuto 40, cerca del descanso, un gol necesario de cara a la segunda parte y que dejaba las tornas en todo lo alto.
Con poco más se llegó al descanso, con la jugada de Navas barruntando en las gradas del Bernabéu, que fue crítico con el portero blanco. Lo cierto es que el Real Madrid seguía necesitando un gol si quería ser líder de la Liga de nuevo.
La segunda parte empezó con un ritmo algo más calmado que la primera, con ambos equipos intentando controlar las ocasiones del rival y sin ocasiones clarísimas de gol. Benzema se preparaba en la banda para entrar al terreno de juego, era el revulsivo de Zidane en busca del gol.
Sorpresa: volvió a aparecer Ramos
Sin embargo, el primer cambio que hizo el francés fue el de meter a Lucas Vázquez en lugar de James. El partido entraba en la fase tensa, los últimos 20 minutos de partido, y el partido seguía 1-1.
Justo ahí fue cuando metió a Benzema en el campo en lugar de Morata, con más ganas que acierto en el encuentro. Agotó sus cambios Zidane sacando a Asensio en lugar de Isco, de lo mejor del equipo en el partido.
Y en ese momento, en un córner sacado por Kroos, el Real Madrid vivió esa jugada que se lleva repitiendo una y otra vez sin descanso. Sergio Ramos cabeceó un centro medido para poner el 2-1.
Líderes de nuevo
Es el día de la marmota para los blancos. Partido sufrido y aparece Ramos para sacar las castañas del fuego, esta vez en el 81 de partido. A partir de ahí, el Betis lo intentó, pero no consiguió intimidar la portería de un señalado Keylor Navas.
Con este resultado, los blancos consiguen colocarse como líderes de la Liga de nuevo, poniéndose dos puntos por encima del Barcelona y un partido menos que los de Luis Enrique.
martes, 30 de mayo de 2017
La última locura de LaVar Ball: vende unas zapatillas de 1.000 dólares
La familia Ball es noticia a cada día que pasa por motivos de lo más estrafalarios. La última de LaVar Ball, el padre de la familia, ha sido poner a la venta unas zapatillas que cuestan, como poco, 500 dólares, habiendo un modelo de 1.000 dólares.
Lonzo Ball, una de las promesas del baloncesto norteamericano, tiene su propia línea de ropa. La marca se llama 'Big Baller Brand' y fue fundada por su padre, LaVar Ball, un exjugador de baloncesto que nunca llegó a destacar.
Ahora, se dedica a criar a sus tres hijos, que asegura que serán mejor que Michael Jordan. Su última decisión ha sido la de crear unas zapatillas que cuestan la friolera de 495 dólares... Y ese es el modelo barato. También hay una versión más cara con el autógrafo del jugador que cuesta 995 dólares.
Este movimiento llega tras la negativa de Nike, Adidas y Under Armour de vestir a Lonzo Ball en su salto a la NBA. LaVar pedía un contrato de 1.000 millones de dólares para su hijo, condiciones que ninguna marca ha aceptado. Las 'ZO2' son la respuesta a esta negativa, aunque ha sido ampliamente criticado.
Hasta Shaquille O'Neal publicó un tuit en el que decía a Ball: "Ey LaVar, las marcas de un gran jugador no sobrecargan a niños por zapatillas". LaVar Ball respondió a las críticas, asegurando que "si no puedes permitirte las 'ZO2', no eres un gran jugador".
Lo cierto es que la marca de Shaquille O'Neal vendió 120 millones de pares de zapatillas en Walmart por sus bajos precios, llegando a ser de 12 dólares el modelo más barato. Un buen ejemplo que bien haría en seguir el padre de los Ball.
domingo, 28 de mayo de 2017
El Leicester de Shakespeare escribe el final de la aventura del Sevilla en la Champions
Se acabó la andadura del Sevilla en la Champions League. Los de Sampaoli no pudieron defender el 2-1 de la ida y cayeron 2-0 ante un Leicester superior. Morgan y Albrighton marcaron los goles de los locales, que avanzan a cuartos de final.
El Sevilla tenía ante sí una oportunidad histórica: volver a unos cuartos de final de la Champions 59 años después. Estaba a 90 minutos de lograrlo, debía mantener el 2-1 cosechado en el Sánchez Pizjuán, pero delante iba a tener al vigente campeón de la Premier League.
El Leicester también buscaba alargar su sueño en la Champions, donde completaron una fase de grupos espectacular y ese gol de Vardy les daba esperanzas para seguir adelante. Un 1-0, no precisaban un resultado mayor.
Sampaoli sacó un 11 de sobradas garantías, con Mercado y Sarabia como alas de un equipo que tenía como referencia arriba a Ben Yedder en lugar de Jovetic, el gran sacrificado. Con los 22 protagonistas sobre el terreno de juego, arrancó el partido.
Fue un comienzo bronco, tenso, con ambos equipos buscando el fallo del rival para crear las primeras ocasiones de peligro. Y la primera la tuvo el Sevilla de la mano de Nasri, que disparó seco sobre Schmeichel, que detuvo su tiro.
Morgan hizo el primero
Después, el dominio fue cambiando entre unos y otros, pero el Leicester se mostraba más entero, presionando arriba a los andaluces, sin dejarles sacar el balón con claridad. En esa desesperación, Nasri vio una amarilla que después sería clave.
Sarabia tuvo la siguiente para el Sevilla, pero no acabó en nada. En una falta lateral, llegó el primer gol del partido, pero no fue del Sevilla. Morgan remató con lo que pudo el centro lateral que acabó dentro de la portería de Sergio Rico, convirtiéndose en el 1-0. Con ese resultado, el Sevilla estaba fuera de la competición.
Le tocaba remar al equipo de Nervión y lo intentó con un Ben Yedder muy activo en la primera parte. Vitolo también percutía por la banda, pero acabó desesperado con la defensa del Leicester, muy cerrada tras el gol.
Los ingleses exhibieron el juego que les hizo alzar la Premier League el pasado año: defensa férrea y contras letales. Vardy era el encargado de llevarlas a cabo, llegando con mucho peligro sobre la portería del Sevilla.
Albrighton dio la puntilla
Con poco más se llegó al descanso, ese 1-0 que tenía que levantar el Sevilla si quería plantarse en los cuartos de la Champions. Para ello, Sampaoli hizo dos cambios, metiendo a Mariano y a Jovetic en el terreno de juego.
El Sevilla cogió las riendas del partido en los minutos iniciales, encerrando a un Leicester que seguía teniendo como objetivo coger una contra para hacer el segundo gol. Pero cuando más lo intentaba el Sevilla, cuando más cerca lo tenía, llegó la sentencia. Albrighton marcó su primer gol en seis meses para poner el 2-0 y poner a los ingleses un paso más cerca de los cuartos.
Un auténtico mazazo para los de Sampaoli, que acabaron desesperados con Vitolo como máximo exponente, viendo la tarjeta amarilla por protestar ante el árbitro. El final se acercaba inevitablemente y Correa era la última bala de los españoles para seguir con vida en la competición. Nasri dio la puntilla con un error de infantil, cayendo en la provocación de Vardy y siendo expulsado del partido.
Adiós a la Champions
Y la iba a tener el Sevilla para llevar el partido a la prórroga con un penalti cometido por Schmeichel sobre Vitolo. N'Zonzi era el encargado de ejecutar la pena máxima, pero su cara no irradiaba la confianza de marcarlo. Y así pasó: Schmeichel detuvo su disparo y hundió al Sevilla.
Hasta el final del partido, fue un quiero y no puedo de los andaluces, chocándose siempre con la barrera defensiva del Leicester, que se veía más y más cerca de los cuartos. Y con ello se llegó al final del partido, el final de la aventura del Sevilla en la Champions.
El Leicester avanzó a los cuartos de final y evitó el posible pleno de equipos españoles en la siguiente ronda. Los hispalenses, pese a haber completado una buena actuación en la competición, se vieron fuera por un partido que no supieron dominar.
No se pudo despedir el Calderón con un pase a la final de Cardiff, aunque sí con una victoria ante el eterno rival. Nadie podrá decir que no lo intentaron, nadie les podrá reprochar nada, porque defendieron en el campo el nombre del club.
Pero sólo podía quedar uno, y ese uno fue el Real Madrid. Los blancos piensan ya en la final de la Champions, donde se verán las caras contra la Juventus en lo que será la reedición de la final de la Séptima Copa de Europa de los blancos. Los dos mejores equipos del continente europeo, frente a frente en un espectáculo sin igual. Un equipo español puede volver a ser campeón de la Champions un año más. Y eso siempre es digno de celebrar.
viernes, 26 de mayo de 2017
Warriors - Cavaliers: tercer capítulo de una nueva rivalidad histórica en la NBA
LeBron James, Kevin Durant, Kyrie Irving, Stephen Curry, Kevin Love, Draymond Green... La cantidad de estrellas que atesoran Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers hace que sus partidos siempre atraigan la atención del aficionado al baloncesto.
Muchos factores influirán en estos partidos, como el debate que es cada vez más incipiente en Estados Unidos sobre si LeBron James es mejor que Michael Jordan, o como el que duda del liderazgo de Stephen Curry en los partidos donde se deciden los títulos.
Lo cierto es que, hasta el día de hoy, la cosa no puede estar más igualada. En temporada regular, Cavaliers y Warriors se midieron en dos ocasiones con una victoria para cada uno. La primera, en Navidad, se decidió a favor de los Cavaliers con una canasta de Kyrie Irving que recordó a la que decidió las pasadas Finales en el Oracle Arena. La segunda fue una paliza de los de la bahía de San Francisco a los chicos de LeBron James.
LeBron James, protagonista de las Finales
Y precisamente en ese hombre estarán todas las miradas. De lo que pueda hacer LeBron James un año más comandando a los Cavaliers. En las primeras Finales contra los Warriors, pese a perder, hizo historia al liderar a ambos equipos en puntos, rebotes, asistencias, tapones y robos, algo que no había conseguido nadie. En las que ganó el año pasado, fue imparable para los chicos de Steve Kerr, dominando todos los aspectos del juego.
Este año, para más inri, llega como máximo anotador histórico de los Playoffs con el objetivo de ganar para seguir en busca de su fantasma, Michael Jordan, y quién sabe si superarlo. Sería la segunda vez que gana al equipo 'invencible', el de las 73 victorias en temporada regular, y más ahora que tiene a Kevin Durant en sus filas.
El '35' de los Warriors será otro de los protagonistas de estas Finales. Su fichaje por Golden State, abandonando Oklahoma en una decisión más que polémica, hizo que todos pusiesen a los Warriors como claros favoritos al título. Durant, probablemente el mejor jugador de la NBA detrás de LeBron James, debe aparecer y detener al 'Rey' de Akron para que su equipo pueda volver a levantar el trofeo de campeón.
Muchos otros factores habrán que tenerse en cuenta, como la motivación de Draymond Green, expulsado en el quinto partido de las Finales de 2016 y suspendido para el sexto, el factor Kevin Love o el duelo McGee-Tristan Thompson. También se podría decidir por el acierto exterior de ambos equipos, donde los Cavaliers cuentan como 'matadores' como Korver o J.R. Smith y los Warriors a los 'Splash Brothers', Curry y Thompson, además de Durant.
¿Las mejores Finales de la historia?
En definitiva, se esperan unas Finales de infarto, quizás los dos equipos con más talento enfrentados en la historia de la NBA, alcanzando la ronda defintiva por el título con apenas una derrota entre ambos, la que sufrió Cleveland en el cuarto partido contra Boston.
Está uno de los mejores jugadores de la historia, LeBron James, el mejor tirador de todos los tiempos, Stephen Curry, uno de los más completos anotadores de siempre, Kevin Durant, uno de los jugadores con el manejo de balón más salvaje que se recuerda, Kyrie Irving, defensores históricos como Draymond Green... Todo está listo para un nuevo enfrentamiento que dejará momentos para el recuerdo.
Cavaliers. Warriors. Los dos mejores equipos de la era moderna de la NBA vuelven a cruzar sus caminos. Sólo podrá quedar uno para la historia.
martes, 23 de mayo de 2017
Laurel Hubbard, la campeona transgénero que ha abierto un debate en el mundo del deporte
Ganó el campeonato internacional de Australia con una amplia distancia sobre la segunda clasificada. Laurel Hubbard compite en halterofilia y se ha convertido en la primera persona transgénero que gana en esa competición, haciendo que surja un debate sobre si su participación es justa para el resto.
Laurel Hubbard se ha convertido en protagonista del debate internacional en el mundo del deporte tras su reciente victoria en Melbourne.
Hubbard, de 39 años, se proclamó campeona del campeonato internacional de Australia de halterofilia, convirtiéndose en la primera persona transgénero que se hacía con la victoria en su competición. Muchos celebraron esta victoria, pero hubo otros que cuestionaron si su participación era justa o no en este certamen.
La normativa del COI al respecto
Lo cierto es que Hubbard ha pasado todos los test de testosterona en los últimos 12 meses, lo que le da derecho a competir en la competición femenina. A día de hoy, sigue siendo un hombre, pero con la nueva normativa establecida por el COI puede participar en estas competiciones.
Antes, el Comité Olímpico Internacional tenía una estricta normativa en la que se requería una operación y dos años de tratamiento hormonal antes de empezar a competir en otra categoría, mientras que ahora no es necesario someterse a una operación.
Además, en los casos en los que se pase de una competición masculina a una femenina se tendrá que pasar unos test para medir los niveles de testosterona para un año determinado.
Las críticas recibidas
Laurel ganó a su rival por una diferencia de 20 kilos, algo que no gustó a una de sus rivales, Fassina, que acabó tercera. "Ella es quien es, esa es la manera en la que la política y los neozelandeses lo han decidido, no hay mucho que pueda decir", reconoció.
Deborah Acason, que acudió en dos ocasiones a unos Juegos Olímpicos, fue más allá en sus críticas: "Si yo estuviese en esa categoría, no me sentiría en una situación de igualdad. Si no es justo, ¿por qué estamos haciendo deporte?".
Noticia original de Antena 3: http://www.antena3.com/noticias/deportes/otros-deportes/laurel-hubbard-campeona-transgenero-que-abierto-debate-mundo-deporte_2017032358d3a0cc0cf27b4f38eb6fe5.html
jueves, 9 de marzo de 2017
El fin de las cosas, parte II
Hace unos días escribía sobre el final de las cosas, de ciclos vitales y deportivos. Lo hacía tras la derrota del Barcelona en el Parque de los Príncipes, 4-0, un golpe demasiado grande como para levantarse y pelear. La imagen de aquel equipo era de agotamiento, de final, de 'hasta aquí hemos llegado'.
Pero todo cambió.
Nunca nadie había hecho lo que hizo el Barça ayer, nadie. Más allá de si hubo fallos arbitrales o no, que los hubo, de si el PSG pecó de blando, que lo hizo, una gesta como la que ocurrió en el Camp Nou sólo era posible si el equipo que la quería conseguir creyera que podía hacerlo con toda su alma. Puede que no fuese el mejor partido de la historia, puede que sí, lo cierto es que lo tuvo todo.
Aunque más que un partido de fútbol, fue un partido de emociones, de sentimientos, de maneras de entender la vida.
Hay una frase que cuelga en el vestuario del Real Madrid que dice: "Si luchas puedes perder, si no luchas, estás perdido". Algo así debió pensar el Barcelona, eso y que su ciclo no iba a acabar así como así. Tenían muchas cosas que decir al mundo... Y vaya si lo hicieron.
La cosa empezó bien, gol de Suárez, después otro en propia, quedaban un par para la remontada. Gol de Messi de penalti, la gesta estaba ahí. De repente, gol de Cavani. Silencio. Se acabó, pensamos muchos. Lo que nadie había conseguido iba a seguir sin poder conseguirse, valga la redundancia.
Pero había algo en el ambiente que hizo que los culés no bajasen los brazos. Llámenlo Neymar, que hizo un partido extraordinario, llámenlo afición, que no paró de animar, llámenlo como quieran, pero sacaron fuerzas de debajo de las piedras.
Y lo lograron.
10 minutos para la historia del fútbol, 10 minutos en los que metieron tres goles para pasar a cuartos de final. Un final de película, ni Spielberg lo habría dirigido mejor, tuvo de todo. Pero sobre todo, tuvo a un equipo de fútbol que no quería que su ciclo acabase delante de su gente y sin haber luchado hasta el final.
El esfuerzo del Barcelona ennoblece al deporte, es por lo que se juega, por lo que se compite, por no ceder un palmo de tu terreno y dejarte la piel en cada balón. No hizo más, simple y llanamente luchar como habríamos hecho si vemos que nos quitan lo nuestro, si perdemos algo que nos hace felices.
Por eso, lo de ayer no fue simplemente un partido de fútbol, fue una oda a la vida, a la lucha, al no rendirse jamás sea cual sea el panorama. Porque, como todo en esta vida, merece la pena si puedes seguir viviendo cinco minutos más.
miércoles, 8 de marzo de 2017
Día Internacional de la Mujer: Ellas
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Carolina Marín, Ruth Beitia, Mireia Belmonte y Garbiñe Muguruza | Getty Images |
El mundo del deporte en España ha sufrido una revolución en los últimos años. El auge del deporte femenino es imparable y los éxitos no paran de llegar en disciplinas de todo tipo. Bádminton, atletismo, natación, fútbol, tenis, balonmano... En todos los deportes hay varias mujeres derribando barreras día a día a base de esfuerzo, dedicación y sacrificio.
Quién iba a imaginar hace unos años que una murciana se proclamaría campeona olímpica de bádminton. Carolina Marín ha roto barreras no sólo en cuestión de género, sino geográficas. Garbiñe Muguruza reinó en Roland Garros, cogiendo el testigo de Arantxa Sánchez Vicario, otra pionera en nuestro deporte.
En busca del oro
Ruth Beitia nos demuestra que la edad no es una barrera si trabajas con la ilusión de un adolescente y su medalla de oro en Río así lo certifica. Ahora pelea por el oro mundial, algo a lo que también aspira Mireia Belmonte.
La nadadora no tiene espacio material para guardar todos los trofeos y medallas que ha cosechado a lo largo de los años y el Mundial de Budapest es su último reto, en el que querrá consagrarse en la piscina corta.
Una lista cada vez más larga
Y con ellas hay muchas otras mujeres que pueden proclamarse campeonas del mundo: Lydia Valentín, Maialen Chourraut, Eva Calvo, Gisela Pulido, las chicas del balonmano y del baloncesto... La lista se hace cada vez más y más larga. Y no van a parar.
Antes de ellas, llegaron Lili Álvarez, Blanca Fernández Ochoa, Miriam Blasco, Purificación Santamarta... Un legado que hoy continúa más vivo que nunca y con retos ilusionantes por cumplir. Sí, las chicas son 'Guerreras'.
miércoles, 1 de marzo de 2017
¿Qué es el 'March Madness'? Así funciona el torneo universitario más famoso del planeta
Si hay un evento que se espera con especial interés en el planeta del deporte universitario, ese el conocido como 'March Madness'. La 'locura de marzo' es el torneo en el que se decide el campeón del baloncesto universitario, un proceso en el que más de 300 equipos luchan por el mismo sueño. Así funciona un torneo histórico con audiencias de vértigo.
El baloncesto universitario es un auténtico fenómeno de masas en EEUU. A sus partidos acuden miles de aficionados dispuestos a ver a las futuras estrellas de la NBA y a jugadores que lo dan todo por los colores de su universidad. En marzo, llega el punto álgido de la temporada, lo que se conoce como el 'March Madness', en el que más de 300 equipos se juegan ser campeones nacionales en la Final Four.
Pero antes, habría que explicar el sistema que rige la NCAA. La National Collegiate Athletic Association tiene cerca de 1.300 universidades, de las cuales 1.066 eran considerados miembros activos -que cumplen toda la reglamentación para competir- en 2013.
64 equipos en busca de la gloria
De esos 1.066 equipos salen tres categorias o divisiones. La Division I incluye a aquellas
universidades con, al menos, siete deportes para hombres y mujeres, o seis para hombre y
ocho para mujeres. Los equipos de baloncesto deberán jugar contra todos los equipos de esta
división en tres ocasiones. Es la que más publicidad recibe de las tres.
Después está la Division II, cuyas universidades deben tener al menos cinco deportes para
hombres y mujeres. Los equipos deberán jugar la mitad de partidos contra equipos de la Division I o de la II. Por su parte, en la Division III no se ofrecen becas a los alumnos que formen parte del equipo
universitario, a diferencia de las divisiones I y II.
Se disputa una liga regular en la que sólo se clasifican 68 equipos, de los cuales 31 se meten directamente (los campeones de sus respectivas conferencias) y los otros 37 son invitados por un comité de elección de la liga, que los elige tras un arduo proceso de selección.
Cuatro fuera y arranca la locura
Además, se elige el orden de los cruces por una serie de baremos, sin que sean cruces cerrados. Es decir, el primero puede jugar contra el quinto si así lo consideran el comité, pero también puede jugar contra el último, de hecho suele ser lo más común.
Antes de entrar en el torneo definitivo, los ocho equipos con peor ránking se miden entre ellos para dejarlo en 64. De los 64, se reparten en función de las cuatro regiones: Oeste, Este, Sur y Medio Oeste, de los cuales son partidos a eliminación directa. Se la juegan entre todos hasta que quedan los cuatro mejores.
Esos cuatro equipos juegan en la Final Four universitaria, uno de los eventos más vistos en EEUU y que registra audiencias millonarias todos los años. De hecho, el partido de baloncesto más visto en la historia del país sigue siendo el mítico Michigan State-Indiana State del año 1979, el primer duelo entre Magic Johnson y Larry Bird, que reunió a cerca de 20 millones de espectadores frente a las pantallas.
Sólo uno tendrá la victoria
Este año, la Final Four se juega en Phoenix y el año pasado fue la universidad de Villanova la que ganó. Su amplia historia es prácticamente inabarcable.
La tradición y la pasión con la que se vive todos los años es difícilmente explicable en un sitio sin este tipo de afición. Simplemente hay que vivirlo porque es deporte en estado puro. Este año, la locura dejará un nuevo campeón.
lunes, 20 de febrero de 2017
Denis Istomin, el uzbeko de gafas fosforitas entrenado por su madre que eliminó a Djokovic
Cuando saltaba la noticia de la eliminación de Djokovic del Open de Australia, muchos seguro que se llevaron las manos a la cabeza. ¿Quién había sido capaz de cargarse al seis veces campeón del torneo en sólo su segundo partido de competición?
No fue Murray, tampoco Nadal, ni Federer o Wawrinka. Le dejó fuera Denis Istomin, para muchos un auténtico desconocido. Istomin, nacido en Rusia y de procedencia uzbeka, nació el 7 de septiembre de 1986.
Istomin llegaba a Australia con una 'wild card', un invitado de la organización para un torneo en el que no se supone que tendría que estar. Allí llegó con su madre, su entrenadora desde siempre y que le metió la idea en la cabeza de jugar al tenis.
Con 30 años a sus espaldas, Istomin jamás ha sido alguien que destaque en el mundo del tenis, de hecho, su ránking más alto lo consiguió en agosto de 2012, colocándose el número 33 del mundo.
En 2004 comenzó su andadura profesional y lo máximo que ha conseguido desde entonces es ganar un torneo: el open de Nottingham contra Sam Querrey en 2015.
En los Grand Slam, su mejor resultado fue llegar a la cuarta ronda del US Open y de Wimbledon en 2012 y 2013 y ha ganado la nada despreciable cifra de cuatro millones y medio de dólares durante sus 13 años de carrera.
Antes de todo esto, sufrió un accidente de tráfico en el que sufrió varias lesiones. Los médicos le dijeron que no podría seguir jugando al tenis, pero dos años después, volvió a las pistas y se hizo profesional.
Este es Denis Istomin, el jugador de las gafas fosforitas que no se supone que tendría que haber estado en Australia, pero que llegó junto a su madre y se cargó al rey del Melbourne Park.
jueves, 16 de febrero de 2017
Russell Westbrook y la mejor temporada de la era moderna
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Vía Getty Images |
"Westbrook va a promediar un triple-doble sin Durant al lado". Lo que comenzó como un comentario al aire hecho por algunos va camino de convertirse en realidad.
El '0' de los Thunder consigue relativizar una hazaña que sólo una persona ha logrado alcanzar en la historia de la NBA, consigue que parezca que hacer dobles dígitos en tres apartados estadísticos diferentes sea el pan de cada día.
Una bestia que merece la pena poner en papel, explicar la importancia que tiene más allá de los números. Todos esperaban una temporada explosiva de Westbrook tras la salida de Durant, algo que sólo podían parar las lesiones, 82 partidos en los que la bestia de 28 años se haría aún más fuerte encendido por la ira de la marcha de su mejor amigo al equipo que les eliminó en Playoffs.
Y no era del todo falso.
Su primer triple-doble fue toda una declaración de intenciones: 51 puntos, 13 rebotes y 10 asistencias contra los Suns.
Una actuación anotadora un 28 de octubre que hizo que abriésemos los ojos: Westbrook estaba aquí. Después, llegaron otro, y otro, y otro... Y así hasta los 27 que lleva actualmente (cifra que se quedará vieja dependiendo de cuándo lo leas).
Russell está en una lucha constante contra todo, contra los rivales, contra sus compañeros, contra la historia, contra Durant...
Le da igual ir a la guerra, él es la guerra.
Ahora mismo, Westbrook promedia 31.1 puntos, 10.5 rebotes y 10.1 asistencias por partido. La estadística que menos depende de él y más de sus compañeros es la que le tiene al borde del precipicio, esas dos décimas que le separan de hacer una temporada que se quedará cerca de estar en los libros de historia.
Sólo Oscar Robertson, con 23 años y en los Cincinnati Royals, logró algo parecido. Mejor incluso. Promedió 30.8 puntos, 12.5 rebotes y 11.4 asistencias, teniendo un porcentaje de 'Win share' que casi dobla al que tiene Westbrook ahora mismo (15.6 por 8.2).
El baloncesto total de Westbrook pone en riesgo los parámetros establecidos en el baloncesto moderno. Ya no es el pívot el que rebotea, no es el escolta el que anota y no es el base el que pasa.
Todos suman... Y el '0' es el que más suma de todos.
Le quedan 25 partidos para la historia, quizás para el MVP, seguro para seguir su lucha.
miércoles, 15 de febrero de 2017
El fin de las cosas
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Vía Getty Images |
Hablaba el otro día en el trabajo con un querido compañero de lo que significa saber cuándo decir adiós. Lo debatíamos mientras presenciábamos la que parecía que iba a ser la derrota que dejaría al Atlético de Madrid quinto en la Liga, en la que parecía que sería una derrota más en la temporada de los rojiblancos. No acabó así, pero el debate seguía vivo.
Hablábamos de Simeone, de su rueda de prensa después de caer contra el Real Madrid en la final de la Champions, de sus ganas de decir adiós, de tirar todo por la ventana... Algo que quizás debería haber hecho, pero no hizo.
Y entonces llegamos a la pregunta: ¿cuándo hay que decir adiós?
No es una cuestión objetiva, se basa en las tripas, en lo que tu 'cuore' te dicta. Cada cual elige cuándo es el momento, a algunos se lo eligen, pero si tienes la suerte de tener la sartén por el mango la cosa cambia.
Puedes elegir si te vas ganando o si lo haces perdiendo, si lo haces con todos aplaudiendo o con alguno silbando, si quieres que todos los recuerdos que queden sean buenos o quede alguna sombra.
El corazón dicta todo eso, los sentimientos, las ganas de seguir en busca de retos o de quedarse en casa disfrutando de lo conseguido.
Pocos optan por lo segundo, dejarlo en la cima, dejando la ambición a un lado y optando por la salida del 'No'.
Luego está el caso del Barcelona, donde nadie parece haber visto que ya nada será como fue. El final lo ha marcado el tiempo, que pasa igual para todos.
Menos para Messi, que es capaz de pasar al tiempo.
Pero el final ha llegado, el final de una era marcada por el toque, por la posesión, por la presión alta, por el domino apabullante... El (muy) esperado por algunos fin de ciclo ha llegado. Y en su caso se lo han elegido.
Y, como todos los finales de una historia bonita, es doloroso. Se tiende a la nostalgia, al recuerdo de lo bello que fue, lo malo queda atrás, es una época de vacío existencial.
Pero en el fútbol, en la vida, en todo, hay ciclos. Altos y bajos, te enamoras y lo dejas todo, vienes y te vas. Pero siempre se vuelve a la misma pregunta... ¿Cuándo decir adiós?
Dicen que el corazón siempre tiene razón, que nunca se equivoca. Hacer caso a las tripas suele ser lo mejor a largo plazo, es lo que más tranquilo te deja a largo plazo. Quizás Simeone tuvo que irse después de perder la final de Champions, quizás lo tuvo que hacer Vicente del Bosque antes del Mundial de Brasil.
Pero no era el final que habían planeado, no era su final. Y no hay nada mejor que poder elegir tu final y seguir a tus tripas. Porque si no es así, te lo eligen, y eso es mucho peor.
Drazen Petrovic, el genio de Sibenik que revolucionó el baloncesto europeo
Un camión se llevó al talento más grande que dio el baloncesto europeo. Drazen Petrovic, conocido como el genio de Sibenik, fue una leyenda dentro de la cancha con una ética de trabajo obsesiva. O se le quería o se le odiaba, no había medias tintas con él. Cibona, Real Madrid, Portland, New Jersey, Yugoslavia, Croacia, Vlade Divac... Repasamos su legado y su vida dentro y fuera de las canchas de baloncesto.
Es imposible resumir en unas líneas la carrera del genio de Sibenik, su aportación al baloncesto europeo y su legado tras su fatídica muerte. Para muchos es el mejor europeo que ha pisado una cancha de baloncesto, para otros, alguien con una competitividad que pocos podían igualar.
O le odiabas o le querías. Él se lo dejaba todo en la cancha, tenía unos métodos de trabajo y una mentalidad impropias para la época. Se creía el mejor del planeta y a veces conseguía serlo. Retó a Jordan y le hizo bajar de la nube por unos minutos.
Se fue a los 28 años, con toda una carrera por delante. Había deslumbrado en Europa en la Cibona, en el Real Madrid y lo estaba haciendo en los Nets tras un inicio irregular en la NBA. Por aquella época, que un europeo destacase era una heroicidad. Él lo consiguió.
Leyenda en la Cibona de Zagreb
Vayamos por partes. Drazen Petrovic empezó su carrera con el Sibenka, debutando en 1980 y ganando dos campeonatos nacionales. Hizo el servicio militar y fichó por la Cibona, donde completó sus mejores partidos como profesional en Europa. Nada más debutar, metió 56 puntos y lo hizo precisamente contra el Sibenka.
Sus anotaciones no eran habituales, hacía que meter 30, 40 o 50 puntos fuese fácil. Quizás sólo lo era para él. Con la Cibona ganó una Recopa y dos Copas de Europa, ganando de manera reiterada a un Real Madrid al que luego prestaría sus servicios.
En España se especulaba con tres opciones: Barcelona, Real Madrid y NBA. Muchos veían a Drazen en América, no era lo habitual en esos años, pero su talento era desbordante y su carácter, magnético. El Barça parecía que le tenía fichado, pero los blancos pusieron toda la carne en el asador para llevárselo.
Paso efímero por Madrid y a la NBA
Y lo hicieron. Y Petrovic consiguió salirse del mapa en un año en el que consiguió una Recopa (metiendo 62 puntos ante Oscar Schmidt) y una Copa del Rey. Después vio que su futuro se quedaba pequeño en Europa, tenía que cruzar el charco, probarse contra los mejores del mundo, marcharse a la NBA.
Su primer equipo fueron los Portland Trail Blazers de Clyde Drexler, donde se preveía que iba a tener una competencia feroz. Su paso por Portland fue efímero y pronto cambió de aires, llegando en 1990 al que sería el equipo de su despegue mundial.
Ficha por los New Jersey Nets. donde se coloca como máximo anotador, ya en la madurez de su juego. Sus porcentajes eran más que notables, sus cifras asombraban, su nombre ya estaba en los resúmenes de los partidos de manera habitual y sonaba para el All Star.
Estrella en la NBA en su último año
Su mayor logro llegó al final de la temporada 1992/93, en la que consigue estar en el tercer mejor quinteto de la NBA, acabando undécimo en anotación. Pero sus éxitos no acababan ahí, en su selección también cosechó triunfos... y algún que otro enemigo.
La guerra de los Balcanes le pilló en medio de su época dorada y del dominio de Yugoslavia en el baloncesto europeo. Una selección que tenía a estrellas como Toni Kukoc, Vlade Divac, Dino Radja, Danilovic... todos ellos bajo la batuta de Dusan Ivkovic. Un equipo de leyenda.
Con ese equipo, logró un Mundial y un Europeo, además de una plata y un bronce olímpico. La desintegración de Yugoslavia también le hizo perder alguna amistad, como la de Vlade Divac. Uno serbio, el otro croata.
Yugoslavia, Divac y la guerra de los Balcanes
En el Mundial de Argentina 1990, que ganó Yugoslavia a la URSS, un aficionado saltó a la cancha con una bandera de Croacia (de donde era originario Petrovic), una bandera que Divac le arrebató de las manos, quitándosela con violencia. Eso marcó su amistad para siempre, convirtiéndose en enemigos.
Pero su leyenda se agiganta en una cita en concreto: Barcelona 1992. En los Juegos Olímpicos, con Croacia, consigue llegar hasta la final, donde le esperaba un tal Michael Jordan y el resto de un 'Dream Team' imbatible. Petrovic quería retarles, quería ganarles, lo veía posible.
Fatídico final
Sin embargo, nada pudieron hacer para frenar el torrente que era ese equipo y sus ansias de hacer historia. Su fatídico desenlace llega el 7 de junio de 1993, en un accidente de tráfico en el que un camión se cruzó en su camino cerca de Múnich.
Los Nets retiraron el dorsal 3 en su honor, como la Cibona, y a partir de 2002 estuvo reconocido en el Hall Of Fame de la NBA. La primera gran leyenda europea. El mejor que ha habido para muchos.
Una ética de trabajo que rozaba lo obsesivo. Un carácter único. Un jugador adelantado a su época. Drazen Petrovic, el genio de Sibenik.
viernes, 10 de febrero de 2017
Mischa y Alexander Zverev, los hermanos destinados a dominar el tenis mundial
Siempre ha habido grandes parejas de hermanos en la historia del tenis. Venus y Serena Williams, John y Patrick McEnroe, Bob y Mike Bryan... Ahora, otra pareja de hermanos, en este caso alemanes, ha llegado al circuito con ganas de hacer historia.
Alexander Zverev tiene 19 años y, según Rafa Nadal, "es el presente y el futuro del tenis". No tuvo suerte contra el español, se topó con un muro que no todos pueden superar, pero el gigante de casi dos metros (1'98) tiene unas cualidades que no pasan desapercibidas.
Todo el presente y el futuro para ellos
Ahora mismo, está en el puesto 24 del mundo, compaginando su carrera con la de modelo de 'Abercrombie and Fitch'. Sin embargo, su hermano también está dando guerra en el Open de Australia.
Mischa Zverev, con 29 años, siempre ha estado lastrado por las lesiones, pero ahora, estando entre los 50 mejores jugadores del mundo, quiere que el apellido Zverev llegue lo más lejos posible en el primer Grand Slam del año.
Mischa eliminó al número 1 del mundo, Andy Murray, dando una de las sorpresas del torneo. A la sombra de su hermano pequeño, aseguró que le ayudó ver "la sonrisa" de su madre, que "no se la quita" durante todo el torneo.
Padres con pasado tenístico
Los padres de los dos tenistas, Irena y Alexander Zverev Sr., emigraron desde Rusia hasta Hamburgo. Ambos fueron jugadores de tenis, incluso la abuela de los Zverev, y el padre es ahora el entrenador de su hijo Alexander.
Ahora, viven en la cresta de la ola, disfrutando del momento que viven. Alexander tiene todo el futuro por delante y todo el potencial para comerse el circuito ATP, Mischa vive el momento más dulce de su carrera fijándose en su pequeño hermano. Los Zverev son la pareja de moda del tenis.
miércoles, 8 de febrero de 2017
¿Qué son los eSports? Así es el fenómeno que arrasa en todo el mundo
El auge de los videojuegos es imparable. Es la industria del entretenimiento que más mueve en todo el planeta, llevando a millones de jugadores a pasar horas y horas delante de su televisor, su teléfono o su ordenador jugando a toda clase de juegos.
Hace poco más de 20 años se crearon lo que se conoce como los eSports o deportes electrónicos, un auténtico fenómeno de masas a cuyos eventos acuden miles de personas. Sus estrellas se convierten en 'Trending Topic', llenan estadios enteros y hay clubes deportivos que ya han creado sus propias secciones de eSports.
Las cifras son de locos: hay más de 130 millones de personas siguiendo estos deportes electrónicos en todo el planeta, moviendo cerca de los 400 millones de euros. No sólo eso, para 2019 se prevé que esta industria ingrese más de 1.000 millones de euros, un crecimiento absolutamente ingente en tan poco tiempo.
Un espectáculo a la altura de la Superbowl
Las realizaciones de las retransmisiones son dignas de una Superbowl y las audiencias son de escándalo. La final del 'League of Legends' de 2016, el juego por excelencia de estos eSports, superó en número de espectadores (36 millones) al último partido de las Finales de la NBA entre los Cavaliers y los Warriors (31 millones de espectadores).
Es decir, Samsung y SK Telecom fueron los LeBron James y Stephen Curry de los eSports, disputando la final en el Staples Center de Los Angeles y llenando el estadio con su partida.
Sin embargo, no todos los videojuegos que existen pueden ser considerados eSports. Si alguien quisiese hacer una competición al Crash Bandicoot, al Metal Gear o al Super Mario Bros, no podría hacerlo. Son cerca de 10 juegos los que están en la lista de deportes electrónicos: League of Legends, Call of Duty, FIFA, Overwatch, Hearthstone, Smash Bros, StarCraft... Todos ellos comparten una serie de características.
Las estrellas del deporte electrónico
Primero, el juego debe permitir el enfrentamiento entre dos o más jugadores que compitan en igualdad de condiciones. Segundo, deben existir competiciones oficiales con sus reglas, jugadores y equipos profesionales establecidos. Pero no sólo al propio videojuego se ciñen estas reglas, también hay tres reglas que se deben cumplir: que tengan aficionados que sigan ese juego, que haya medios de comunicación que se encarguen de retransmitir estas competiciones y un mercado alternativo para ingresar dinero más allá del propio juego.
Los jugadores más conocidos de estos eSports tienen sus propios nombres en clave. No son 'la pulga', 'el pelusa' o 'King'. xPeke, Nadeshot, DanDy o Faker son algunos de los más conocidos, algunos de ellos arrastran miles de seguidores y tienen contratos de publicidad millonarios.
Twitch.tv es la encargada de llevar todas estas competiciones a millones de espectadores. Más del 80% de la gente que usa la plataforma lo hace para ver estos eSports y Amazon ya se ha hecho con la propiedad de la plataforma por más de 700 millones de euros.
¿Una moda? No, una realidad
Pero no crean que los jugadores no necesitan tener preparación más allá de jugar al propio juego. También llevan a cabo una estricta dieta e incluso acuden a psicologos para saber actuar en las situaciones más extremas que se presenten en cada momento de las partidas. Si el cuerpo y la mente responden, los dedos también lo harán.
En definitiva, los eSports han llegado para quedarse y es un movimiento cada vez más grande. Quédense con los nombres que han leído arriba, porque puede que pronto sean más famosos que Usain Bolt, Simone Biles o Cristiano Ronaldo.
Hace poco más de 20 años se crearon lo que se conoce como los eSports o deportes electrónicos, un auténtico fenómeno de masas a cuyos eventos acuden miles de personas. Sus estrellas se convierten en 'Trending Topic', llenan estadios enteros y hay clubes deportivos que ya han creado sus propias secciones de eSports.
Las cifras son de locos: hay más de 130 millones de personas siguiendo estos deportes electrónicos en todo el planeta, moviendo cerca de los 400 millones de euros. No sólo eso, para 2019 se prevé que esta industria ingrese más de 1.000 millones de euros, un crecimiento absolutamente ingente en tan poco tiempo.
Un espectáculo a la altura de la Superbowl
Las realizaciones de las retransmisiones son dignas de una Superbowl y las audiencias son de escándalo. La final del 'League of Legends' de 2016, el juego por excelencia de estos eSports, superó en número de espectadores (36 millones) al último partido de las Finales de la NBA entre los Cavaliers y los Warriors (31 millones de espectadores).
Es decir, Samsung y SK Telecom fueron los LeBron James y Stephen Curry de los eSports, disputando la final en el Staples Center de Los Angeles y llenando el estadio con su partida.
Sin embargo, no todos los videojuegos que existen pueden ser considerados eSports. Si alguien quisiese hacer una competición al Crash Bandicoot, al Metal Gear o al Super Mario Bros, no podría hacerlo. Son cerca de 10 juegos los que están en la lista de deportes electrónicos: League of Legends, Call of Duty, FIFA, Overwatch, Hearthstone, Smash Bros, StarCraft... Todos ellos comparten una serie de características.
Las estrellas del deporte electrónico
Primero, el juego debe permitir el enfrentamiento entre dos o más jugadores que compitan en igualdad de condiciones. Segundo, deben existir competiciones oficiales con sus reglas, jugadores y equipos profesionales establecidos. Pero no sólo al propio videojuego se ciñen estas reglas, también hay tres reglas que se deben cumplir: que tengan aficionados que sigan ese juego, que haya medios de comunicación que se encarguen de retransmitir estas competiciones y un mercado alternativo para ingresar dinero más allá del propio juego.
Los jugadores más conocidos de estos eSports tienen sus propios nombres en clave. No son 'la pulga', 'el pelusa' o 'King'. xPeke, Nadeshot, DanDy o Faker son algunos de los más conocidos, algunos de ellos arrastran miles de seguidores y tienen contratos de publicidad millonarios.
Twitch.tv es la encargada de llevar todas estas competiciones a millones de espectadores. Más del 80% de la gente que usa la plataforma lo hace para ver estos eSports y Amazon ya se ha hecho con la propiedad de la plataforma por más de 700 millones de euros.
¿Una moda? No, una realidad
Pero no crean que los jugadores no necesitan tener preparación más allá de jugar al propio juego. También llevan a cabo una estricta dieta e incluso acuden a psicologos para saber actuar en las situaciones más extremas que se presenten en cada momento de las partidas. Si el cuerpo y la mente responden, los dedos también lo harán.
En definitiva, los eSports han llegado para quedarse y es un movimiento cada vez más grande. Quédense con los nombres que han leído arriba, porque puede que pronto sean más famosos que Usain Bolt, Simone Biles o Cristiano Ronaldo.
domingo, 5 de febrero de 2017
14.500 toneladas de patatas fritas y otras cifras locas de la Super Bowl
En la Super Bowl no sólo importa lo que pasa en el campo. De hecho, es de lo menos importante. Antes, durante y después del partido, millones de aficionados acuden a las tiendas a llenar sus neveras y a acondicionar sus casas para un evento que, si no ves, quedas en fuera de juego.
112 millones de personas estuvieron pegadas a sus televisores para ver la victoria de los Broncos sobre los Panthers en 2016, pero no se queda ahí la cosa. La gente compró en anteriores ediciones cerca de 1.300 millones de alitas de pollo, 3.600 toneladas de guacamoles, 14.500 toneladas de patatas fritas...
La comida y la bebida, vitales
Definitivamente, la comida juega un papel importante, pero la bebida tampoco puede faltar. Hasta 1.200 millones de litros de cerveza se venden, algo que hará que una persona pueda llegar a ingerir unas 2.500 calorías en lo que dura el encuentro.
Los artistas que tocan en el concierto del descanso también se llevan su pellizco: además de lo que les dé la organización, la venta de sus discos aumenta el doble, el triple o incluso, en el caso de Missy Elliot, hasta 10 veces que antes que tocar. Lady Gaga podría ser la siguiente en recibir ese empujón después de cantar en el NRG Stadium de Houston.
Una entrada poco asequible
En el tema de las entradas, en datos proporcionados por StubHub, la entrada media para ver la Super Bowl cuesta la friolera de 3.974 euros, situándose la más barata en 1.390 euros y la más cara en 14.312.
Por compararlo con otros eventos, la entrada media de la final de la Champions League que se disputó en Milán en 2016 costaba 2.299 euros, siendo de 1.388 euros la entrada más barata y de 6.611 la más cara, un 73% más barata que las de la Super Bowl.
Las cifras en televisión
Los anuncios de la televisión también son un tema de interés para las marcas. Un anuncio de 30 segundos durante el partido cuesta 5 millones de dólares, algo con lo que las televisiones llegan a ingresar cerca de 400 millones de dólares. Este año, la encargada de retransmitir el evento será FOX.
Antes del partido, se estima que se comprarán cerca de 9 millones de televisiones nuevas y casi dos millones de personas pedirán el día siguiente al partido libre en el trabajo por enfermedad. Esto es lo que mueve un evento planetario, un evento que tiene a todos pegados al televisor por unas horas y que mueve una ingente cantidad de dinero.
sábado, 4 de febrero de 2017
La explosión de Luka Doncic, la estrella europea de presente y de futuro
Llegó en 2012 a España desde el Olimpia de Ljubljana y desde entonces no ha parado de crecer. En todos los sentidos. Luka Doncic juega de base y mide dos metros (o 2,01, para ser más exactos), prácticamente igual que Felipe Reyes, que mide 2,04.
Debutó con el Real Madrid en la temporada 2014/2015, siendo el más joven que jugaba su primer partido en la entidad blanca con apenas 16 años y 2 meses a sus espaldas. Fue el tercero más joven que debutaba en un partido de la ACB, sólo por detrás de Ricky Rubio y Ángel Rebolo, y ahí ya se le vieron maneras contra el Unicaja con un triple desde la esquina.
Sus comienzos
Desde entonces, ha cogido cada vez más protagonismo, pasando de ser un canterano más a ser indiscutible en la rotación de Pablo Laso. Desde la salida de Sergio Rodríguez a la NBA, sus números no han parado de crecer y sus actuaciones ya dejan con la boca abierta a todos.
Ha pasado de ser una promesa a una realidad. Y tiene 17 años. Esta temporada, promedia 22 minutos, en los que hace de media 9 puntos, 4,5 asistencias y 4 rebotes por partido, sumando 15 puntos de valoración de media. Sin embargo, han sido dos de sus últimas actuaciones las que le han acabado de consolidar.
Exhibición ante el Zalgiris
La última, la más reciente ante el histórico Zalgiris de Kaunas. Cuando el partido estaba empatado a 91 y nadie quería tirar, Doncic sacó todo su talento a relucir para meter dos triples que hicieron que el Palacio se viniese abajo. Los dos tras dribling al contrario, como si de Iverson se tratase. Midiendo dos metros, con 17 años, pero con el descaro de una estrella.
Al final acabó con 17 puntos, 4 asistencias y 4 rebotes, cogiendo las riendas de un equipo sin su referencia, Sergio Llull. Acabó con 24 de valoración y con su doctorado europeo. Antes, en la ACB, dejó otro partido en el que dejó su nombre escrito en la historia.
Doncic ya está aquí
Contra el Fuenlabrada, Doncic firmó 23 puntos y repartió 11 asistencias, siendo el jugador más joven de la liga en hacer un doble-doble e igualando el mejor registro de valoración de un menor de edad (34 puntos, los mismos que Ricky Rubio en la temporada 2007/2008). Además, fue el primer jugador que hacía esos números desde Sergio Rodríguez en la temporada 2006.
En otras palabras y más allá de los números, Luka Doncic ya está aquí. Es una realidad, no es una futura estrella del baloncesto europeo. El joven imberbe blanco sigue dejando a los aficionados al baloncesto con la boca abierta y en la NBA no tardarán en echarle el guante. Doncic es una realidad.
jueves, 2 de febrero de 2017
Mi madre, Javier Fernández y el bosque
En otras entradas, en especial en la última, hice hincapié en la idea de que vivimos una época bastante próspera en el deporte español, en todas las disciplinas imaginables. Hasta en las que no sabíamos que existían hasta hace poco. Uno de los ejemplos más claros es el de Javier Fernández, pentacampeón de Europa y doble campeón del mundo de patinaje artístico (arrea).
Ha conseguido, al igual que Carolina Marín con el bádminton, que se hable de un deporte que apenas tenía seguimiento en los medios. Pero que el árbol no nos impida ver el bosque, se sigue sin hablar de ellos. Y la culpa es nuestra, de los medios de comunicación, de nadie más. Como ejemplo os voy a poner a alguien muy cercano a mí; mi madre.
Mi madre no se ha perdido una sola de las competiciones en las que ha participado Javier Fernández. Le encandiló un chavalín delgado que se vio obligado a irse a Canadá, entrenar con su mayor rival y aguantar todo tipo de 'perrerías' para competir en la más alta élite. Da igual si es pronto, tarde, mi madre ahí está con su Javier. Y no es porque ningún medio se lo diga, se lo busca ella.
Quizás muchos no sepan lo que es un doble axel o un triple toe loop, pero mi madre ya se sabe todos y cada uno de los saltos que hace 'su' Javi. Sabe si lo va a clavar antes incluso de que salte y nadie se lo ha enseñado, bueno, alguien sí, tampoco hay que ser injustos con la eterna Paloma del Río, un oasis en el desierto de vagueza intelectual.
Ella lo narra con pasión, también es 'su' Javi y también le ve triunfando y pegándosela contra el hielo más de una vez. Si alguna vez la conozco, le daré las gracias por hacer disfrutar tantísimo a mi madre narrando las hazañas de ese chavalín delgado. Porque es la única que se interesa en hacerlo, y es triste.
De esa falta de tacto con los que triunfan en España y son relegados a un segundo plano (véanse las portadas de Marca y As de ese día), se llegó a un momento en el que, a su vuelta a España, a Javier Fernández no le esperó NADIE en el aeropuerto de Madrid-Barajas. Nadie. Ni una pancarta de 'Enhorabuena campeón', ni un grito, nada. El chico que pasea la bandera de España con orgullo cada vez que puede, que nunca rehuye de un país que le dio la patada, se ve con cinco medallas de oro colgadas al cuello y nadie que le felicite.
Sí, a mi madre le habría encantado ir a felicitar a 'su' Javi, pero nadie se molestó en decirla cuándo llegaría la leyenda del patinaje a casa. Tampoco habría podido ir por las horas, pero habría hecho lo imposible por conocer al chavalín delgado que le hace levantarse de la emoción con sus cuádruples saltos. Y la culpa no es suya, ni de Javier Fernández, ni de Paloma del Río.
La culpa es, simple y llanamente, nuestra.
sábado, 14 de enero de 2017
Nos lo cargamos
Quizás sea cuestión del que escribe la sensación de que nada es lo que era en el deporte. Se vive una época dorada en lo que a éxitos se refiere, un tiempo que daría para escribir y relatar cómo se dan las hazañas que se viven todos los días. Y será que no hay dónde elegir, da igual la modalidad, el género, el huso horario... Todos ganan cosas importantes y es cuando menos nos importa.
Me refiero a todos, los que lo contamos y los que lo reciben. Sí, todos nos alegramos cuando Muguruza ganó Roland Garros, pero nadie se preocupó de su caída en los torneos posteriores. La realidad siempre está delante nuestra, esperando a ser contada, pero sólo contamos el éxito, relegando el fracaso a un segundo plano.
Por poner un ejemplo, David Ferrer lleva cerca de dos años sin ganar un torneo ATP. Está en el puesto 21 del mundo y por momentos parece que se ha retirado del tenis. Apenas aparece en las noticias, no raja, sólo trabaja duro por volver a ganar, pero sólo mereció la pena narrar sus éxitos.
No compensa ahondar, indagar, preguntar el porqué porque "a nadie le interesa".
La noticia del aumento de equipos participantes en el Mundial de 2026 sería otro ejemplo. El negocio ya se ha impuesto al deporte, los jugadores se van a China sin ganas de sentir los colores de ningún equipo. Lo dan todo por y para el verde, el verde del dinero.
Y no me parece mal que ganen una cantidad desmesurada de dinero si realmente lo generan, al final su carrera es corta y quieren sacar el mayor rédito posible.
Pero nada es lo mismo.
Es un cóctel demencial en el que los que venden el producto no les interesa en absoluto lo que ocurre en el campo, los que informamos del producto somos cada vez más sectarios a la hora de elegir sobre qué informar y los que leéis, veis y consumís el producto lo queréis lo más sencillo posible.
El hábito de leer se está perdiendo, de hecho quien haya llegado hasta aquí sea un valiente de hoy. Con las estadísticas en la mano, nos lo cargamos. Vivimos acelerados, queremos ver algo y lo queremos ver ya. Necesidad instantánea, búsqueda y saciedad instantánea, todo lo que no sea eso nos descoloca.
No se ven visos de mejora, quizás tengamos que acostumbrarnos a un panorama en el que se pidan cosas más absurdas y cortas, una 'comida basura' que todos comamos hasta que la tendencia cambie.
Hasta entonces, sólo puedo decir que entre todos la mataron y ella sola se murió.
Me refiero a todos, los que lo contamos y los que lo reciben. Sí, todos nos alegramos cuando Muguruza ganó Roland Garros, pero nadie se preocupó de su caída en los torneos posteriores. La realidad siempre está delante nuestra, esperando a ser contada, pero sólo contamos el éxito, relegando el fracaso a un segundo plano.
Por poner un ejemplo, David Ferrer lleva cerca de dos años sin ganar un torneo ATP. Está en el puesto 21 del mundo y por momentos parece que se ha retirado del tenis. Apenas aparece en las noticias, no raja, sólo trabaja duro por volver a ganar, pero sólo mereció la pena narrar sus éxitos.
No compensa ahondar, indagar, preguntar el porqué porque "a nadie le interesa".
La noticia del aumento de equipos participantes en el Mundial de 2026 sería otro ejemplo. El negocio ya se ha impuesto al deporte, los jugadores se van a China sin ganas de sentir los colores de ningún equipo. Lo dan todo por y para el verde, el verde del dinero.
Y no me parece mal que ganen una cantidad desmesurada de dinero si realmente lo generan, al final su carrera es corta y quieren sacar el mayor rédito posible.
Pero nada es lo mismo.
Es un cóctel demencial en el que los que venden el producto no les interesa en absoluto lo que ocurre en el campo, los que informamos del producto somos cada vez más sectarios a la hora de elegir sobre qué informar y los que leéis, veis y consumís el producto lo queréis lo más sencillo posible.
El hábito de leer se está perdiendo, de hecho quien haya llegado hasta aquí sea un valiente de hoy. Con las estadísticas en la mano, nos lo cargamos. Vivimos acelerados, queremos ver algo y lo queremos ver ya. Necesidad instantánea, búsqueda y saciedad instantánea, todo lo que no sea eso nos descoloca.
No se ven visos de mejora, quizás tengamos que acostumbrarnos a un panorama en el que se pidan cosas más absurdas y cortas, una 'comida basura' que todos comamos hasta que la tendencia cambie.
Hasta entonces, sólo puedo decir que entre todos la mataron y ella sola se murió.
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