sábado, 14 de enero de 2017

Nos lo cargamos

Quizás sea cuestión del que escribe la sensación de que nada es lo que era en el deporte. Se vive una época dorada en lo que a éxitos se refiere, un tiempo que daría para escribir y relatar cómo se dan las hazañas que se viven todos los días. Y será que no hay dónde elegir, da igual la modalidad, el género, el huso horario... Todos ganan cosas importantes y es cuando menos nos importa.

Me refiero a todos, los que lo contamos y los que lo reciben. Sí, todos nos alegramos cuando Muguruza ganó Roland Garros, pero nadie se preocupó de su caída en los torneos posteriores. La realidad siempre está delante nuestra, esperando a ser contada, pero sólo contamos el éxito, relegando el fracaso a un segundo plano.

Por poner un ejemplo, David Ferrer lleva cerca de dos años sin ganar un torneo ATP. Está en el puesto 21 del mundo y por momentos parece que se ha retirado del tenis. Apenas aparece en las noticias, no raja, sólo trabaja duro por volver a ganar, pero sólo mereció la pena narrar sus éxitos.

No compensa ahondar, indagar, preguntar el porqué porque "a nadie le interesa".

La noticia del aumento de equipos participantes en el Mundial de 2026 sería otro ejemplo. El negocio ya se ha impuesto al deporte, los jugadores se van a China sin ganas de sentir los colores de ningún equipo. Lo dan todo por y para el verde, el verde del dinero.

Y no me parece mal que ganen una cantidad desmesurada de dinero si realmente lo generan, al final su carrera es corta y quieren sacar el mayor rédito posible.

Pero nada es lo mismo.

Es un cóctel demencial en el que los que venden el producto no les interesa en absoluto lo que ocurre en el campo, los que informamos del producto somos cada vez más sectarios a la hora de elegir sobre qué informar y los que leéis, veis y consumís el producto lo queréis lo más sencillo posible.

El hábito de leer se está perdiendo, de hecho quien haya llegado hasta aquí sea un valiente de hoy. Con las estadísticas en la mano, nos lo cargamos. Vivimos acelerados, queremos ver algo y lo queremos ver ya. Necesidad instantánea, búsqueda y saciedad instantánea, todo lo que no sea eso nos descoloca.

No se ven visos de mejora, quizás tengamos que acostumbrarnos a un panorama en el que se pidan cosas más absurdas y cortas, una 'comida basura' que todos comamos hasta que la tendencia cambie.

Hasta entonces, sólo puedo decir que entre todos la mataron y ella sola se murió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario