lunes, 19 de diciembre de 2011

Lo bonito de la NBA

Cuando faltan seis días para el comienzo de la mejor liga del mundo todavía no se puede decir un favorito claro, por varios motivos. El primero y más evidente es porque las plantillas no han cerrado sus "rosters" ni mucho menos, el ejemplo más claro (y más desastroso) es el equipo de Los Angeles Lakers. Otro motivo es porque tampoco sabemos cómo se van a acoplar los nuevos fichajes ni los nuevos entrenadores a sus nuevos equipos (Adelman-Ricky-Barea en Minnesota, West en Indiana, Hamilton en Chicago o Chandler-Davis en Nueva York, entre otros). Tampoco sabemos el estado real de forma de todos los jugadores a día de hoy, los habrá que vengan de machacarse en verano y los habrá que vengan de vivir la vida. A simple vista vemos a jugadores como Kevin Love, Perkins o Eddy Curry que han perdido mucho peso y se han puesto muy en forma, pero habrá otros que a lo mejor llegan pasados de peso.
A simple vista y a bote pronto, me sale un repoker de favoritos sí o sí, estos son Oklahoma, Bulls, Heat, Celtics y San Antonio. Quizás los dos últimos choquen a simple vista, pero voy a explicar el motivo de su inclusión. Los Celtics, además de ser un equipazo muy compensado en todas sus líneas, tienen la ventaja (o la desventaja si las cosas se tuercen con el tema lesiones) de tener una temporada más corta, es decir, a priori los esfuerzos serán más concentrados y menores, no prima la resistencia, sino la explosividad en momentos puntuales, lo que le vendrá muy bien a su Big Three. Lo mismo con San Antonio, de hecho, la última temporada que hubo lockout antes de esta, el campeón fueron los Spurs de Duncan y el almirante Robinson. Los otros tres hablan por sí solos, Oklahoma será el equipo más fuerte del Oeste, liderados por la dupla Kevin Durant-Russell Westbrook, los Bulls se han hecho aún más fuertes con la adquisición de RIP Hamilton y tienen una rotación muy sólida, liderada por el MVP Derrick Rose, los Heat son los más temibles a mi modo de ver, se han reforzado bien, quitándo lastres, poniendo mejoras donde lo necesitaban y renovando a Spolestra, estabilidad.
Y esto es lo realmente bonito de la NBA, que podemos hacer pronósticos, porras sobre quién será el Rookie del Año, el MVP o el equipo revelación, podremos poner a caldo a un equipo antes de empezar, pero jamás acertaremos, porque la NBA siempre nos sorprende con algo nuevo, diferente y único. Un abrazo, hasta la próxima.

domingo, 11 de diciembre de 2011

VIVA EL FÚTBOL

Por Guillermo Alonso (@guillealonsoF)





El Barça volvió ayer a conquistar el Santiago Bernabeu ganándole 1-3 al Real Madrid, con goles de Benzema a los 22 segundos para los locales y de Alexis, Xavi y Fábregas para los culés.
El Clásico comenzó como siempre, con ese arreón inicial de los blancos, presionando arriba a la defensa culé y metiendo el miedo en el cuerpo a los visitantes. Ese miedo fue el que debió afectar a Víctor Valdés a los 15 segundos, cuando tras recibir un pase atrás de su defensa, le regaló el balón a Di María, cuyo tiro, tras una serie de rechaces, le calló a Karim Benzema que fusiló a Valdés a bocajarro adelantando a los blancos casi sin salir del vestuario.
A partir de ahí, los 10 primeros minutos del partido fueron una demostración de poderío del Real Madrid, apretando al Barça en la salida del balón desde atrás, algo importantísimo en el juego de los de Guardiola. Pero esta presión duró poco. El Barcelona se empezó a acomodar en el partido, a poner en práctica ese juego de toque que tan buenos resultados les ha dado y en el minuto 29 dio sus frutos. Alexis ponía el 1-1 en el marcador tras una increíble jugada de Messi, que dejó atrás a tres rivales y le dio la asistencia al chileno para que esté cruzase el balón a donde no pudo llegar Casillas.
El partido se empezaba a poner de cara para los culés, que empezaron a jugar cuando Xavi bajó a distribuir el balón desde atrás para ayudar a unos Piqué y Puyol desbordados por la presión de los delanteros madridistas y cuando a Messi le dio la gana, ya que cuando empezó a recibir balones creaba continuos problemas a los defensores blancos, que ya no sabían qué hacer para frenar el genio argentino.
En la segunda parte más de lo mismo. Los de Guardiola aplicaban su juego al partido, dejando en evidencia a un Madrid que lo único que podía hacer era encomendarse a un Ronaldo mucho más fallón de lo habitual y a algún contraataque que pudiese pillar de sorpresa a la defensa culé. El dato curioso del partido en cuanto a la defensa del Barça fue la línea de 3 que alineó Guardiola a partir de los primeros minutos del partido, con Alves y Abidal muy adelantados y echando hacia atrás a Busquets para acompañar a Puyol y Piqué en la salida del esférico. Este carácter ofensivo de los blaugranas hizo que las oportunidades aumentasen, hasta que en un rechace, Xavi conectó una preciosa volea que fue interceptada por Marcelo con la mala suerte de introducir el balón en su propia portería sin que Casillas pudiese hacer nada para evitarlo. El Barça, aunque con un poco de suerte en la definición, se ponía merecidamente por delante en el marcador, haciendo enmudecer un Bernabeu que más que un infierno parecía un cementerio.
A partir de este momento, el juego y la posesión del Barça se volvieron prácticamente insultantes, jugando a placer sin que el Madrid pudiese hacer nada más que defender y soltar algún contraataque que no lograron materializar ni Kaká ni Ronaldo, que incomprensiblemente falló un remate solo delante de Valdés que podría haber puesto las tablas en el marcador. Sin embargo, unos minutos después el Barça metía el tercero, obra de Fábregas, tras ganarle la espalda a un muy deficiente Coentrao y rematar de cabeza un centro de Dani Alves desde la derecha. 1-3 y el partido estaba visto para sentencia. Los minutos restantes fueron un paseo del Barça, que levantó el pie del acelerador y se dedicó a tocar el balón para que pasasen los minutos.
Ayer se demostraron muchas cosas. El Barça, a pesar de tener un partido más que el Madrid, es el mejor equipo del mundo y nadie puede hacerle sombra, ni siquiera el equipo blanco, que llegaba al partido tras hacer una liga espectacular y quedó en evidencia. A su vez, quedó claro quién se merece y quien no se merece ganar el Balón de Oro, ya que mientras Messi y Xavi demostraron lo determinantes que son, Ronaldo se borró por completo y desaprovechó las innumerables ocasiones que tuvo. Y por último también se vio quien fue el ganador de la batalla en los banquillos, ya que mientras Mourinho, a pesar de poner toda la carne en el asador, no pudo hacer nada para frenar el vendaval de juego del Barcelona, Guardiola supo dar con la tecla para hacer a su equipo todavía mejor.
De momento, la primera batalla fue para el bando culé, pero aun queda mucha guerra.

Pau y la devaluación de la moneda

Cuando intentas dar salida a un jugador por las buenas y por las malas para traer a otro que piensas que te va a dar más cosas te puede pasar como le ha pasado a los Lakers con nuestro Pau Gasol. Para situarnos, Pau hace un par de días era jugador de los Houston Rockets en un traspaso a tres bandas que mandaba a Chris Paul al equipo de púrpura y oro y a Odom a los Hornets con Kevin Martin, Scola y Dragic, todo esto a falta de confirmación oficial. Lees esto y te quedas alucinando un poco. ¿No era Gasol un pilar básico en estos Lakers? ¿Kobe no era su mejor amigo en el equipo, qué ha hecho para frenar el traspaso? ¿Y Odom, jugador absolutamente respaldado por el Staples? El tema es que los nuevos Lakers de Brown no cuentan con Pau ni con la vieja pandilla de LA, no se casa con ninguno, excepto con Kobe.
Seguimos dándole vueltas al asunto, Stern dice NO al traspaso (recordemos que el equipo de Nueva Orleans pertenece a la NBA), porque no le conviene a la liga por temas de igualdad. Las malas lenguas, y en muchas ocasiones acertadas, decían que Stern se negaba porque los Lakers se libraban de pagar unos 40 millones por temas varios (impuesto de lujo, clausulas de contratos...). Esto provoca que en el día de ayer Odom se presente una hora y media tarde al entrenamiento del nuevo equipo de Mike Brown. Efecto devastador sin lugar a duda en la química interna de un equipo que de lo que más presumía era de eso, hasta el año pasado por lo menos.
Ayer se iban a reanudar las conversaciones, de hecho el traspaso estaba hecho otra vez, pero Stern no dijo el sí que necesitaban los equipos para completar el "trade". Finalmente, los californianos dicen que ya no quieren negociar para ese traspaso, es decir, el objetivo ahora es Dwight Howard. Esta madrugada, el bueno de Odom ha sido traspasado a los Dallas Mavericks de nuestro Rudy Fernández a cambio de una "trade exception" de aproximadamente nueve millones de dólares, lo que les da una oportunidad para hacerse con un jugador de nivel (¿Billups?) o para usarla en el traspaso de Howard.
Lo único cierto es que la hipocresía de los Lakers ha sido alucinante. También la poca amabilidad que han tenido con nuestro Pau, que les ha dado dos anillos y una final en cuatro años (recordemos que antes de su llegada no eran ni equipo de playoffs) y que siempre ha dado lo máximo, desde su primer partido contra los Nets. Veremos como van avanzando las negociaciones, pero lo único que parece seguro es que, por desgracia, a Pau le quedan pocos días como jugador "Laker", ojala me equivoque. Un abrazo, hasta la próxima.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Va por usted, señor Noah

España consiguió alzarse con su quinta Copa Davis tan imponerse a Argentina por un global de 3-1. El viernes empezó de manera inmejorable la aventura de la conquista de una nueva ensaladera. Nadal abría la final entre España y Argentina contra su gran amigo Juan Mónaco, le duró tres asaltos, KO técnico. Nadal se mostró intratable, sin concesiones, con un juego sólido y dominando de principio a fin, para los que dudaban y se empeñaban en verle llorar. Después venía el plato fuerte, el punto de inflexión, el partido que decantaría a favor de la armada española la final, el partido entre David Ferrer y Juan Martín del Potro. Hay que decir que "Delpo" venía de una temporada de muchos altibajos, de una lesión larga en su muñeca que le apartó durante mucho tiempo de las pistas de todo el mundo, pero que, aún así, sacó todo su arsenal con el que deslumbró al mundo hace un par de años, derechas que parecían cohetes, saques al más puro estilo Roddick de un gigantón con cara de niño bueno.
Ahí estaba nuestro espartano en el tenis, el fajador más grande que he visto (con permiso de Nadal) en una pista de tenis. La cosa empezaba bien, 6-2, pero a medida que el partido avanzaba las sensaciones empeoraban, y de qué manera. Del Potro dio la vuelta al partido ganando los dos siguientes sets y dejando el tercero en suspense hasta que su físico dijo basta. Se mantuvo gracias a sus cañonazos de fondo de pista, su puntual fortuna en los puntos clave y el aliento de una hinchada argentina que se hizo escuchar durante todo el partido. Partido precioso, épico, de los que no quieres que se acaben nunca solo por ver el esfuerzo titánico de los gladiadores que están sobre la arcilla dejándose hasta la última gota de sudor por su patria, por España y por Argentina, por dos países de sangre latina que les apoyan hasta las últimas circunstancias. Ferru ganó el partido por tres sets a dos en un partido que quedará para el recuerdo, no tanto por lo técnico o táctico, sino por lo mental y físico del partido.
Del partido de dobles no hace falta decir nada, desastre total y absoluto de Feli y Verdasco, que no entraron en el partido en ningún momento. Se empieza a hablar de cambio de ciclo en nuestra pareja de dobles, veremos.

Pasamos al partido que decidió la eliminatoria y que nos dio la quinta ensaladera de nuestra historia, la quinta en once años. Nadal contra Del Potro, partidazo en toda regla. Empezaba muy mal la cosa, 6-1 para un Juan Martín que no fallaba una y que, además, tenía la suerte de su lado en los puntos decisivos. Nadal parecía fuera del partido, pero volvió el Rafa imparable, de derechas de ensueño y de passing solo a su alcance. Baño absoluto del español en los dos siguientes sets, se gustaba y notaba el aliento de la grada, celebraba cada punto como si fuese el último, con el puño en alto y el biceps a punto de estallarle. El último set fue de infarto, acabó en el tie-break, y el resultado fue rotundo, 7-0 para, con una derecha paralela, conseguir el repoker de ensaladeras para nuestro país y convertirle, así, en el mejor equipo de la Davis del siglo. Se tiró a la arcilla de la Cartuja, se levantó y se vio rodeado de todos sus compañeros, que le adoran y saben que ha sido, es y será el número uno. Cabe destacar en letras mayúsculas el gesto de señor que tiene Nadal al acabar el partido. Se acercó a todos y cada uno de los miembros del equipo argentino para felicitarles por la eliminatoria que habían hecho, se abrazó con Del Potro y demostró, una vez más, que además de ser un señor del tenis, es un señor de los pies a la cabeza, un señor que no pierde las formas ni en las buenas ni en las malas. Gestos como ese son la verdadera droga de estos éxitos españoles, éxitos cuestionados por algunas voces desautorizadas que no tienen ni voz ni voto para hablar. La verdadera droga es sentir el orgullo de representar a un país como el nuestro. Nuestra droga, señor Noah, es ser españoles. Un abrazo, hasta la próxima.