jueves, 24 de noviembre de 2016

El adiós del último scouse



La gente de Liverpool habla un inglés tan cerrado que es difícilmente entendible por el resto de mortales. Ni siquiera los ingleses lo pueden llegar a entender a veces. El scouse no es sólo una rama del inglés, es un modo de vida, una identificación, algo que se lleva con orgullo en el ADN.

En Anfield son cada vez más los que no hablan scouse, desde en entrenador hasta el delantero. Pero hasta hace bien poco había uno y resulta que fue el mejor de todos. El héroe de todos. Hoy Steven Gerrard ha dicho adiós al fútbol profesional, dejando atrás un legado complicado de explicar.

No sería verdad decir que siempre fue del Liverpool, ya que su afición empezó por el club al otro lado del Merseyside, el Everton. Esta idea cambió antes de los 10 años, momento en el que su hermano, figura fundamental para Gerrard, le inculcó la filosofía 'red'.

Pero el día que lo cambia todo es el 15 de abril de 1989. Hillsborough. Su primo estaba en aquel Liverpool - Nottingham Forest en el que fallecieron 96 personas. Una de esas personas era Jon-Paul Gilhooley. Desde aquel día, Gerrard se prometió ser el jugador que hoy ha dicho adiós.

Los trofeos los conocemos todos, el 'Milagro de Estambul' estará presente en la historia de la Champions como una de las mejores finales de la historia (quizás la mejor). También su resbalón. Su mayor tropiezo, el no conseguir una Premier con su amado equipo.

Siempre será el ídolo local, algo más que un jugador, lo que significa ser jugador o aficionado del Liverpool. Porque por encima de todo, él siempre será un aficionado más. Decía Obama que para referirse al mejor en algo siempre nos referimos como "El Michael Jordan de...".

Gerrard será "El Michael Jordan del Liverpool". Se reconvirtió sin decir nada a nadie, haciendo lo mejor para el equipo, como si le ponían de portero, ahí estaría. Es el último scouse, el último héroe de una afición que nunca le hará caminar solo. Los jugadores van y vienen, pero Gerrard estará siempre en las paredes y en el césped de Anfield. Y, si le abren las venas, sangrará rojo, como el Liverpool.

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