sábado, 22 de octubre de 2011

The human highlight film

Agradezco al gran Pablo Yunyas que me diese la idea de hacer una entrada de este crack, por fín saqué algo de tiempo para hacerla. Hoy toca hablar de uno de esos hombres que ponen en entredicho la ley de la gravedad. Uno de esos que, con sus saltos, potencia y calidad, llevaban al límite todas las leyes físicas conocidas y por conocer. Hoy vamos a hablar del gran Dominique Wilkins.
Alero nacido en Francia en 1960, anotador compulsivo desde su paso por la Universidad de Georgia, en la que promedió 21,6 puntos y 7 rebotes por partido en tres años. Drafteado por los Jazz en 1982 como número tres, nunca llegó a jugar con ellos, ya que fue traspasado al que sería a su equipo casi de por vida, los Atlanta Hawks. En su primera temporada promedió 17,5 puntos por partido, además de ayudar en el rebote (5,8 por partido).
Durante los 80, los Hawks empezaron a considerarse un equipo fuerte, con Wilkins como jugador referencia. Llegaron a los Playoffs ocho veces en diez años, sin embargo nunca llegaron a las Finales de la NBA. Su duelo más destacado durante ese período de tiempo se da en la temporada 87/88, en la que se enfrentaron a los Celtics de Larry Bird y compañía en semifinales de conferencia.
Perdieron 4-3, pero Dominique estuvo a un nivel sensacional, metiendo 47 puntos en el séptimo partido, metiendo 13 puntos en los últimos seis minutos.
A medida que los años iban pasando y su físico se iba deteriorando, Wilkins fue desarrollando otras facetas de su juego, haciéndose un jugador más de equipo, sumando más asistencias y rebotes. Quizás el momento que más se recuerda de uno de los jugadores más espectaculares de la historia de la NBA es el mejor concurso de mates de la historia de la NBA, valga la redundancia, que le enfrentó con Michael Jordan en un duelo épico en Chicago durante el All Star de 1988. Tres mates para cada uno, para los dos mejores "dunkers" que ha habido en la NBA. Os dejo el vídeo, babeáis un poco con sus mates y seguimos con el final de la carrera del bueno de Dominique.
A mediados de la temporada 93/94, los Hawks le traspasaron a los Clippers, era el primero de los muchos y diversos equipos que luego militaría. Al año siguiente se fue a los Celtics, ya empezaba a promediar menos de 20 puntos (por primera vez en su carrera desde su temporada como rookie, eso si). Al año siguiente fichó por el Panathinaikos griego, con el que ganó la Euroliga, siendo el MVP de la final, y la copa Griega contra el Olympiakos, metiendo 35 puntos y siendo, de nuevo, el MVP. Con 36 años vuelve a la NBA, esta vez con los Spurs, donde juega menos partidos y menos minutos, pero promedia mejores estadísticas. Al año siguiente firma por el Teamsystem (ahora Fortitudo) de Bolonia, de la liga Italiana, donde consigue ser subcampeón de la liga italiana. Su último año como profesional fue con los Orlando Magic, en la temporada 88/89, donde apenas jugó.
Nueve veces elegido para el All-Star Game, dos veces ganador del concurso de mates (1985 y 1990), elegido en el mejor quinteto de rookies en 1983, elegido en el mejor quinteto de la liga en 1986 (siete veces más en el segundo y tercer quinteto), máximo anotador de la NBA en 1986 (30,3 puntos por partido), miembro del Basketball Hall of Fame desde 2006 y medalla de oro en el mundial de Canadá de 1994. Además, los Hawks retiraron el dorsal número 21 en su honor, después de ser su estrella durante los 80 y principios de los 90. Nada mal para un hombre que no ha ganado un anillo en su carrera NBA, como muchos otros grandes jugadores a los que la suerte le fue esquiva. Sin embargo, como todos esos jugadores, se ganó el cariño, aprecio y admiración de todos los aficionados al mejor baloncesto del planeta con sus mates, canastas y espectacularidad. Nos dejó una cantidad infinita de imágenes increíbles, de ahí su mote, the human highlight film. Un abrazo, hasta la próxima.

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