domingo, 7 de agosto de 2011

Grandes rivalidades (II): Nadal vs Federer

Comenzamos la segunda parte de este mini serial de grandes rivalidades. Cambiamos el balón de baloncesto por la pelota de tenis, y nos vamos a una rivalidad que, aun sin haber acabado, creo que es una de las grandes de la historia, Rafael Nadal contra Roger Federer.
Su rivalidad empieza en una tercera ronda del Masters de Miami. Federer tenía 22 años, Nadal 17, y ya era número 36 del ranking ATP, tremendo. Roger venía de ganar sus dos primeros "grandes" y ya era el número uno de la clasificación, puesto del que no se bajaría en mucho tiempo. Sorprendentemente, Nadal ganó a Federer y el mundo del tenis conoció el nombre de Rafael Nadal. Al año siguiente se volvieron a ver las caras, esta vez en la final, y esta vez la victoria fue para el suizo. Quién les iba a decir que en unos meses se encontrarían de nuevo en una final, pero esta vez de Grand Slam. Volvieron a enfrentarse en Roland Garros, el Grand Slam sobre tierra batida, y la victoria fue para el de Manacor. Federer podría haber completado su Grand Slam, ganando los cuatro torneos grandes, cosa que consiguió hace relativamente poco, al igual que Nadal, pero sigamos por donde estábamos.
Hasta 2006 no se volverían a ver las caras, antes se habían repartido casi todos los torneos individuales y Rafa ya era número dos. Este año las batallas entre los dos astros se intensificaron, llegaron a verse las caras hasta en seis ocasiones, casi todas disputándose el título. Nadal ganó los cuatro primeros partidos, con partidazos como el del masters de Roma o la final de Roland Garros, en la que se volvió a imponer el español. La gente se preguntaba el motivo de la incapacidad del suizo para ganar al Rafa, un tenista que, aparentemente, tenía menos recursos tenísticos que él. Según los expertos la respuesta estaba en el efecto que imprimía (e imprime) Rafa a sus bolas, que se amplifica en tierra batida, el golpe que más le cuesta al suizo son esas bolas altas a su revés, y al tirarle el 80% de las bolas al revés... Ya tenemos la respuesta. También se decía (con bastante acierto) que Rafa era en jugador exclusivamente de tierra batida. Por aquel entonces se podía decir que si, en pista dura todavía podía plantar cara y dar mucha guerra, en hierba le costaba, y era donde mejor se desenvolvía Federer. Ahora mismo Rafa juega bien en todas las pistas, sea de la superficie que sea. Sigamos con el 2006. Se vieron en dos ocasiones más, en la final de Wimbledon, en la que Nadal no tuvo nada que hacer ante un Federer pletórico, y en las semifinales del torneo de Maestros, donde volvió a imponerse la precisión del suizo.
Empezamos 2007, de nuevo la rivalidad entre los dos mejores tenistas del planeta vuelve a ser el centro de atención de los aficionados. Se enfrentaron cinco veces, Federer se llevó el marcador global por 3-2. Volvemos a tener final de Roland Garros y de Wimbledon con el mismo resultado que el año pasado, en la arcilla el rey es Nadal, en la hierba del All England Tennis Club el rey es Federer. También llegaron a las semifinales del torneo de Maestros de Shanghai, con idéntico ganador.
2008 fue el año de Nadal. Se enfrentaron cuatro veces, cuatro finales, las cuatro ganó el español (Montecarlo, Hamburgo, Roland Garros y Wimbledon). Me gustaría pararme en esta última final, la de Wimbledon. Para mí el mejor partido de tenis que he visto en mi vida, y para muchos críticos es el mejor partido de tenis de toda la historia. Recuerdo que ese partido empezó a las 4 de la tarde, hora española, justo cuando mi padre se iba a trabajar. Se paró dos veces por la lluvia, hubo puntos absolutamente épicos y cualquiera de los dos habría merecido ganarlo. El partido acabó a las 11 de la noche, cuando casi no había luz en la pista, a lo sumo quedaban 15 minutos de partido. De verdad, quien no lo haya visto que lo vea, yo lo tengo en HD guardado en mi ordenador, indispensable. Fue un partido que representó perfectamente la gran rivalidad entre estos dos hombres. Ese mismo año Nadal desbancó, por fin, a Federer del trono de la ATP, convirtiéndose en número uno del mundo. También ganó el oro ante Fernando González en las olimpiadas de Beijing, con unas semifinales tremendas ante un prometedor Novak Djokovic, que ahora está destrozando al que se pone por delante.


En 2009 tan solo se enfrentaron dos veces, una ganó Nadal, en el Open de Australia, en el que Federer acabó llorando en la entrega de trofeos, probablemente por impotencia. En la caja mágica de Madrid Roger se tomó su revancha, ganó a Rafa en la arcilla, donde solo le había ganado en otra ocasión (Hambuergo 2007). Nadal seguía intratable en el resto de torneos hasta que llegaron las lesiones, lo que lastró su segunda mitad de temporada e hizo que cayese incluso hasta el 4º lugar de la clasificación ATP, pero volvió el mejor Nadal y con él los títulos volvieron a llegar. En 2010 Rafa tuvo su mejor año, ganó tres de los cuatro Grand Slams (Wimbledon, Roland Garros y US Open), se enfrentó dos veces a su némesis, una victoria para cada uno. Nadal le devolvió la moneda en Madrid y Federer le volvió a ganar en el torneo de Maestros, que esta vez se disputaba en el O2 Arena de Londres. En lo que llevamos de 2011, 3-0 para el español (Miami, Madrid y Roland Garros). Veremos como va lo que queda de temporada, aún no se ha jugado ni el US Open ni el torneo de Maestros, puede haber más duelos entre estos dos cracks de la raqueta. A día de hoy se han enfrentado en 25 ocasiones, con un balance de 17-8 a favor del español.
Esta rivalidad, al igual que la que mantuvieron Bird y Magic, no solo simboliza dos estilos de juego totalmente opuestos, la clase de Federer contra el pundonor de Rafa. Representa cómo han tenido que luchar dos tenistas a lo largo de su carrera, Federer ganaba todo lo ganable gracias a su juego, ahora ve como otros le pisan el terreno y como un par se lo ganan, Nadal ha estado batallando siempre por estar en lo más alto de la clasificación, aunque, aun siendo dos del mundo, muchos le consideraban el número uno virtual. Además hay que destacar la gran amistad que les une y que hace que sea una rivalidad muy deportiva y muy bonita, lejos de las tensiones y los malos rollos que se pueden ver en otros deportes. Ambos han sabido ganar con deportividad y perder igualmente, dando la enhorabuena al rival y sin un mal gesto ni una mala palabra, eso se agradece y les hace aún más grandes. 
Quizás lo mejor de esta rivalidad sea que aun no se ha escrito el final, puede que queden muchos capítulos por escribir, pero sin duda podemos afirmar que, a día de hoy, la rivalidad entre estos dos hombres es ya una de las grandes de la historia del deporte y la más grande de la historia del tenis. Un abrazo, hasta la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario