11 de julio de 2011, 21:33 horas. Hace exactamente un año estábamos disputando el partido más importante de la historia de nuestro fútbol. Acababa de comenzar la segunda parte, el gol no llegaba y los holandeses repartían que daba gusto. 365 días después todos sabemos el dulce final de aquel partido, de aquel mágico 11 de julio de 2010 que no nos importaría repetir como el día de la marmota. En el minuto 116, en la segunda parte de la prorroga, un hombre de Fuentealbilla metió un gol que nadie se cansa de ver un año después, un gol que pasará a la historia como el más importante de todos los que se han metido en la selección a lo largo de los años. España era un fiesta total y absoluta, un clamor, un país que se unió como nunca antes lo había hecho. Ningún acontecimiento unió más a nuestro gran país que la consecución del primer mundial de la historia. Conseguimos la tan ansiada estrella que llevábamos buscando tanto tiempo, esa estrella por la que generaciones de futbolistas increíbles se dejaron la piel en el campo y fracasaron. Lo que pasó en la final lo podéis leer en la entrada que hice hace poco menos de un año, aunque ya lo sabréis me imagino. Hoy se cumple un año de aquel mágico día, y como cuando le pedíamos a nuestros padres que nos contasen el cuento que más nos gustaba otra vez, hoy volvemos a vivir ese día como si fuese ayer, y lo viviremos y recordaremos para el resto de nuestras vidas. Un abrazo, hasta la próxima.
